El jardín Mimosa del Mandarin Oriental Barcelona acoge a Petit R hasta el 22 de junio. Esta propuesta es un pop up que combina la narración visual y sonora de la historia de Ruinart con una propuesta gastronómica de la mano de Ruinart, la primera Maison de Champagne
Mediante un juego de luces e imágenes, música y narración que se produce a lo largo de una comida o cena, los comensales tienen la oportunidad de asistir a una aventura gastronómica.
Petit R combina la narración visual y sonora de la historia de Ruinart, la primera Maison de Champagne, con una propuesta gastronómica pensada especialmente para esta ocasión.
Sobre la mesa, los platos y los cubiertos, las imágenes se irán sucediendo entre plato y plato. Para ello una cuidada puesta en escena es imprescindible. Es por ello que la ubicación de este pop up es especial y por primera vez no es Banker’s Bar el escenario de la propuesta gastronómica temporal del hotel, sino el jardín Mimosa. Una construcción acristalada, que se convierte en opaca durante la experiencia, alberga una mesa, montada al milímetro, para 12 comensales, que son los que pueden disfrutar de las comidas o cenas especiales que allí tendrán lugar.
Los comensales son recibidos a su llegada con unos aperitivos sorpresa, para posteriormente pasar a ocupar su lugar en la mesa especialmente montada para disfrutar de la experiencia Petit R. Se suceden las imágenes con los platos y es así como de una ostra virtual reflejada en la mesa se pasa a poder degustar una de real aderezada con una vinagreta suave sobre un empedrat gelée. Una ostra que encierra todo un simbolismo, pues se trata de un guiño al célebre cuadro “El almuerzo de ostras”, de Jean François de Troy, un lienzo de 1735 en el que se representa por primera vez un banquete en el que se consume champagne. Y es que Petit R es, recordemos, un viaje a través de la historia del champagne y en particular de Ruinart.
A la ostra le sigue un turbot con quinoa y endivias con salsa cítrica; al que en el menú de noche se le suma otro excelente plato, un filete de pato de Challans con vegetales y salsa de asado. La guinda al menú la ofrece la “Gateau Ruinart”, una tarta original con pasas, pomelo, avellana, merengue y lavanda; que no es el único guiño francés del menú pues no falta tampoco una selección de quesos para cumplir con la tradición gala de acabar las cenas con este producto.
Blancos y rosados de Ruinart maridan estas creaciones en armonía para completar así el círculo de este viaje onírico y sensorial que ofrecen Mandarin Oriental, Barcelona y Ruinart.