El arte como fuente de inspiración para el universo de la moda es algo que se aprecia especialmente en las firmas de lujo. Las casas de este sector buscan dotar a sus diseños de un aura de autenticidad y exclusividad. El objetivo es hacer que cada pieza sea perpetua, una inversión que va más allá de la temporada, de su fecha de lanzamiento y que se conciben como una adquisición digna de exhibirse y un activo patrimonial de quien lo posee.
Fiel a esta idea, los accesorios en el mercado del lujo encarnan a la perfección este pensar. Por ello, Louis Vuitton ha revestido de arte su colección de bolsos Capucines. Lanzado en el año 2013, la contemporánea pieza icónica recibe el nombre de la calle parisina donde el gigante del lujo abrió su primera boutique en 1854. Desde entonces sus accesorios se han convertido en piezas de culto: son muestra de ello los modelos Speedy o Neverfull, y otros más contemporáneos como el Alma o Twist.
#ArtyCapucines reúne, para esta colección privada y limitada a 300 unidades, a seis importantes artistas del panorama internacional. Sam Falls, Urs Fischer, Alex Israël, Nicholas Hlobo, Tchabalala Self y Jonas Wood han diseñado seis bolsos Capucines de edición limitada de la mano de los ateliers de Louis Vuitton, mediante técnicas que combinan la alta tecnología y el acervo artesanal de la maison parisina.
Con esta colección es la primera vez que se altera la piel de los bolsos, acción que hasta la fecha sólo se ha hecho en la lona monogram; cuyo print, por cierto, ha vuelto a irrumpir en la estrategia de la enseña de lujo con la campaña Monogram Icons.