martes, marzo 11, 2025
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    PFW: Sarah Burton inicia una nueva era en Givenchy, con reinvención de sus diseños y una visión sofisticada

    La nueva directora artística debuta en la Semana de la Moda de París con una colección que fusiona la tradición de la maison con una perspectiva moderna y poderosa. Inspirada en los archivos de Hubert de Givenchy, Burton presenta siluetas estructuradas, detalles inesperados y una profunda reflexión sobre la feminidad contemporánea.

    La diseñadora británica, conocida por su legado en Alexander McQueen, debutó como directora artística de la firma francesa con una colección Otoño 2025. Burton, la segunda mujer en ocupar este puesto en la historia de Givenchy, se inspiró en la esencia de la casa.

    Revisitando los patrones originales de Hubert de Givenchy y interpretándolos con una visión contemporánea, la colección estuvo marcada por una mezcla de estructura y fluidez: trajes de sastrería oversize ceñidos en la cintura, vestidos sin mangas con volantes dramáticos y abrigos con hombros redondeados tipo capullo.

    © Givenchy.

    El desfile comenzó con un impactante catsuit de malla negra, casi como un lienzo en blanco antes de revelar la esencia de la colección. A medida que avanzaba la pasarela, los diseños tomaban forma con guiños al clasicismo de Givenchy y elementos inesperados que rompían las normas de la feminidad tradicional. 

    Las minifaldas de tul con capas voluminosas evocaban un romanticismo sin restricciones, mientras que los lazos, lejos de ser impecables, caían con naturalidad, transmitiendo una sensación de desenfado.

    © Givenchy.

    En un momento donde las diseñadoras al frente de grandes firmas son una minoría, la mirada de Burton sobre la feminidad resultó especialmente relevante. Su enfoque abordó la estética, y también la experiencia de vestir en la vida real. «Quiero hablar de todo lo que significa ser una mujer hoy: fortaleza, vulnerabilidad, inteligencia emocional, poder y sensualidad», expresó en las notas del desfile.

    La colección mantuvo una base cromática en negro, con destellos de color estratégicos como un amarillo limón vibrante. Los tejidos jugaron con contrastes: tweed en tonos gris oscuro con degradados en negro en los bajos y capas de tul etéreo que flotaban sobre la pasarela. La prenda final, un vestido de tul en amarillo brillante, cerró el desfile con una nota de optimismo.

    © Givenchy.

    Burton también se permitió experimentar con la forma y el concepto. Algunos diseños evocaban la estructura de los kimonos y los cinturones obi, mientras que un minivestido en tono nude estaba cubierto de esponjas de maquillaje y polveras, en lo que parecía un comentario sobre los estándares de belleza femenina.

    Otro look presentaba un top completamente compuesto por cristales y gemas de gran tamaño, combinado con pantalones anchos negros, en una de las propuestas más arriesgadas de la colección.

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