En el corazón de la villa guipuzcoana que vio nacer a Cristóbal Balenciaga, el museo que lleva su nombre acoge desde el 23 de mayo la exposición Las Sutilezas de un Diálogo. Esta muestra, que permanecerá abierta hasta el 11 de enero de 2026, marca un hito en la historia de la maison al ser la primera vez que Balenciaga presenta una exposición propia en un entorno museístico, fuera del circuito comercial.
La propuesta, iniciada en la sede parisina del grupo Kering y ahora trasladada a Getaria, pone en diálogo los diseños de dos figuras clave de la casa: Cristóbal Balenciaga, creador de una estética revolucionaria en el siglo XX, y Demna, director creativo desde 2015, ahora sustituido por Pierpaolo Piccioli.
A través de 31 piezas seleccionadas cuidadosamente, la muestra traza un recorrido por los códigos visuales, técnicos y conceptuales que han definido —y siguen definiendo— el alma de Balenciaga.
Distribuida en seis bloques temáticos, la exposición profundiza en elementos como el cuello, la manga tres cuartos, la cintura hourglass o la espalda cocoon, examinando cómo estos conceptos fueron interpretados por Cristóbal y reimaginados décadas después por Demna. La narrativa expositiva se centra en los detalles: pliegues, costuras, materiales y siluetas que revelan un conocimiento técnico prodigioso y una visión creativa adelantada a su tiempo.
La puesta en escena apuesta por la introspección visual. Las piezas se exhiben dentro de estructuras arquitectónicas con ventanas que dirigen la mirada del visitante a aspectos concretos del diseño. Desde una capa de gazar negro de 1967, hasta una chaqueta hourglass en pata de gallo presentada en 2016, la muestra revela conexiones estilísticas entre ambos diseñadores, a pesar de la distancia temporal y cultural que los separa.
El negro —color icónico para Balenciaga desde sus orígenes— adquiere aquí un protagonismo simbólico. La exposición reúne piezas en encaje, neopreno, terciopelo y satén, que subrayan el dominio absoluto de este tono por parte de ambos creadores. El resultado es un recorrido monocromático y sensorial por las formas que han desafiado y redibujado los límites del cuerpo humano en la alta costura.
Más allá de la estética, Las Sutilezas de un Diálogo plantea una reflexión sobre el rol del creador en su tiempo. Balenciaga diseñó desde la contención y el virtuosismo, marcado por sus raíces vascas; Demna lo hace desde la provocación, la crítica social y la reinvención de lo normativo. Ambos comparten una fascinación por la silueta, la innovación técnica y el gesto de retirar el cuerpo del foco para otorgar protagonismo a la prenda.
La exposición dialoga además con el discurso anual del museo, que este año gira en torno a Técnica, Materia y Forma, y culminará en otoño con Transmissions, un proyecto educativo que involucra a las escuelas de diseño más prestigiosas del mundo en una experiencia de inmersión en el legado balenciaguiano.
Las Sutilezas de un Diálogo es una invitación a contemplar la moda desde el respeto por el oficio, la inteligencia formal y el poder de la creación como herramienta para desafiar los límites de la forma. En palabras del museo, se trata de “una armonía entre el pasado, el presente y el futuro de la moda”, una exposición que convierte el archivo en inspiración viva y proyecta el legado de Balenciaga hacia las nuevas generaciones de diseñadores.
