martes, junio 24, 2025
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    Ètnik abre en Barcelona con una propuesta gastronómica que fusiona sabores del mundo y alta estética

    Ètnik aterriza en Barcelona como un elegante homenaje a la diversidad culinaria del mundo. Con una carta creativa firmada por el chef Óscar Salgado y un interiorismo espectacular, el nuevo espacio ofrece una experiencia gastronómica inmersiva, sofisticada y sensorial.

    Ètnik, el nuevo restaurante de autor en el Eixample barcelonés, abre sus puertas como un homenaje sensorial a la diversidad culinaria del planeta. Ubicado en la céntrica calle de la Diputació 280, a escasos pasos del Passeig de Gràcia, este nuevo espacio se presenta como una joya gastronómica para quienes buscan algo más que una buena mesa: una experiencia envolvente, armónica y profundamente emocional.

    Detrás del proyecto está Alfonso, un apasionado del detalle y del arte de recibir, que ha conseguido hacer realidad su sueño de crear un hotel boutique con alma, cuyo primer capítulo arranca con Ètnik, un restaurante que conjuga sofisticación, personalidad y un profundo respeto por la cocina global. Su visión se materializa en cada rincón del espacio y en cada plato que sale de los fogones.

    © Cortesía de Ètnik. Todos los derechos reservados.

    Al mando de la cocina está el chef Óscar Salgado, cuya propuesta gastronómica es una celebración de los sabores del mundo, reinterpretados desde la frescura del mercado y la creatividad sin artificios.

    La carta está diseñada como un viaje, con platos que sorprenden y reconfortan por igual. Desde una ostra rizada de las Cíes con pan de centeno y mantequilla de algas hasta un tiradito de atún con salsa de mango y miso blanco, pasando por un lingote de cochinillo con puré de boniato o un canelón de butifarra y ceps con bechamel trufada.

    © Cortesía de Ètnik. Todos los derechos reservados.

    Las croquetas líquidas de jamón ibérico o las de calamar en su tinta compiten en intensidad con platos más marineros como el calamar de la costa de Coruña a la brasa con picadillo Thai o la lubina salvaje sobre patata cremosa a la donostiarra de piparras. También hay opciones pensadas para el paladar más goloso, como la tarta de queso con toffee de café y crumble de avellanas o el sorprendente tiramisú de ratafía con mousse de mango y chocolate blanco.

    © Cortesía de Ètnik. Todos los derechos reservados.

    Pero Ètnik es más que una propuesta gastronómica de autor. La puesta en escena es otro de sus grandes pilares. El espacio, firmado con un interiorismo impactante y teatral, combina sofás semicirculares de terciopelo azul intenso, lámparas de araña, mármoles, marcos dorados, espejos, flores contemporáneas y un techo que recrea el firmamento.

    Incluso un aparador que exhibe con orgullo un Macallan Reflexion Single Malt aporta un toque de lujo contenido, pensado hasta el más mínimo detalle. El resultado es un ambiente envolvente, elegante y magnético que invita a quedarse.

    © Cortesía de Ètnik. Todos los derechos reservados.

    El servicio, capitaneado por Juan, un jefe de sala con oficio y carisma, eleva la experiencia a otro nivel. La atención es cercana, precisa y sincera, con un equipo que transmite hospitalidad desde el primer momento. Pocas veces se encuentra un equilibrio tan afinado entre profesionalidad y calidez.

    Ètnik nace con la vocación de ser un lugar de encuentro para amantes del buen comer, viajeros del gusto y estetas de la mesa. Un restaurante que no busca seguir tendencias, sino emocionar. Porque en Ètnik se viene a vivir algo distinto, auténtico y memorablе.

    © Cortesía de Ètnik. Todos los derechos reservados.

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