lunes, octubre 13, 2025
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    Mama Gorda abre en Gràcia: una nueva propuesta de brasa, creatividad y espíritu colectivo

    Cuatro cocineros con raíces argentinas e italianas presentan en Barcelona Mama Gorda, un restaurante que apuesta por la libertad culinaria, el trabajo en equipo y el producto de temporada. Su cocina a la brasa y sus cenas freestyle celebran la amistad y el placer de cocinar sin etiquetas.

    En pleno corazón de Gràcia abre Mama Gorda, un espacio nacido del encuentro entre los hermanos argentinos Leonardo, Diego y Marcos Amico, y el chef italiano Simone Nizi. Tras años de experiencia en restaurantes de alto nivel y una etapa de éxito en el Born con bocadillos de autor, el cuarteto se instala ahora en un entorno más íntimo donde la técnica, el producto y la libertad creativa marcan el ritmo.

    El origen de esta historia nos explican que se remonta a su paso por el restaurante de Francis Mallmann en la Provenza, donde los cuatro coincidieron y forjaron un vínculo profesional que hoy se materializa en esta aventura común.

    © Cortesía de Mama Gorda. Todos los derechos reservados.

    En Mama Gorda no hay jerarquías: todos cocinan, todos atienden, todos crean. Una filosofía que también inspira sus Freestyle Pop-Up Series, encuentros mensuales en los que invitan a chefs amigos para cocinar juntos, compartir fuego e improvisar nuevas experiencias.

    Lejos de las convenciones de la alta cocina, Mama Gorda propone una cocina viva, espontánea y sin corsés, donde la brasa y el producto de temporada son protagonistas.

    © Cortesía de Mama Gorda. Todos los derechos reservados.

    En carta, destacan la molleja con encurtidos, el salteado de guisantes con haba, stracciatella y menta, las gyoza de panceta y anticucho, o el supplì de risotto con butifarra y gorgonzola. También brillan sus elaboraciones al fuego —alcachofas, lechugas, pollo o lengua— trabajadas con precisión y acompañadas de salsas elaboradas al detalle.

    Algunos de sus bocadillos clásicos, como el de ceviche con chips de boniato o el de provolone con chimichurri y shiitake, permanecen como guiño a su etapa anterior, aunque el enfoque actual apuesta por platos pensados para compartir y una selección de vinos de España, Italia, Grecia y Argentina, servidos siempre en un ambiente relajado y cercano.

    © Cortesía de Mama Gorda. Todos los derechos reservados.

    El interiorismo del local refleja la misma filosofía que su cocina: naturalidad, autenticidad y carácter. Libros de cocina, ilustraciones de Mafalda y guiños a Banksy y Basquiat conviven en un espacio acogedor con solo ocho mesas, una barra para cinco comensales y un porche semiabierto que respira magia (sobre todo por las noches) e invita a disfrutar al aire libre.

    Mama Gorda es, ante todo, una experiencia honesta. Un lugar donde el fuego une y la cocina se convierte en lenguaje común, donde el comensal se sienta como en casa y los cocineros se transforman en anfitriones. Su nombre, inspirado en la canción Fat Mama de Herbie Hancock, resume a la perfección su espíritu: familiar, libre y con un punto irreverente.

    © Cortesía de Mama Gorda. Todos los derechos reservados.

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