Al cruzar la puerta del restaurante Número Diez (C/Capità Arenas, 62), uno se transporta de inmediato a la Nápoles más auténtica, aquella que vibra entre el bullicio de sus calles, el aroma del horno de leña y el eco eterno del mito de Maradona, convertido en dios por un pueblo que siente y vive cada plato como un acto de amor.
Detrás del proyecto está Emmanuele Stevanato, un vicentino apasionado de la gastronomía que, tras dirigir obradores y proyectos en Italia, llegó a Barcelona con un propósito firme: mostrar la verdadera Italia, la que se come en casa, en la calle y en las plazas.

La elección del nombre, “Número Diez”, no es casual. Es un homenaje al genio argentino que cambió la historia del fútbol, pero también al símbolo de liderazgo, creatividad y magia. Ese mismo espíritu impregna cada rincón del local: elevar lo popular sin perder su alma.
El espacio es dinámico, acogedor y lleno de vida. Las paredes relatan historias de fútbol, mientras el aire se llena de aromas a tomate San Marzano, mozzarella fundida y albahaca fresca. Todo invita a quedarse, a compartir, a disfrutar sin pretensiones.

En lo gastronómico, Número Diez es un templo de la auténtica pizza napolitana, declarada por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Elaborada con masa de fermentación larga y alta hidratación, cocida en horno de leña y con un equilibrio perfecto entre ligereza y sabor, la pizza aquí es religión. Hay versiones clásicas y otras más callejeras, como la pizza fritta o la tradicional pizza calzoncellata, que evocan el espíritu de los mercados populares de Nápoles.
Pero el encanto no termina ahí. Número Diez también es una trattoria genuina, un rincón donde las recetas familiares cobran vida con el toque personal del chef Luigi Marcato. Su carta es un recorrido por la memoria culinaria napolitana: Figliata Napoletana, Rollitos de berenjena con panceta, Croquetas de patata con provola ahumada, o las inconfundibles Albóndigas de la abuela.

Platos para compartir —o morir en el intento— junto a propuestas más tradicionales como la Parmigiana di melanzane, los Ñoquis a la sorrentina, los Espaguetis al cartoccio de mar, o los Fettucine “Maradona” en salsa de anchoas.
Cada detalle, cada ingrediente, cada sabor cuenta una historia. Emmanuele importa personalmente productos de Italia para garantizar esa fidelidad al origen, esa autenticidad que hace que cada bocado se sienta como un viaje. Y al frente de la sala, Armando Camerlingo se asegura de que la experiencia sea completa: cercana, cálida, con ese carácter napolitano que mezcla pasión, humor y entrega.

Entre aromas a tomate San Marzano y el eco de Maradona, Número Diez celebra la esencia de la auténtica Nápoles
Número Diez es una experiencia emocional. Una declaración de amor a la vida, a la comida, al fútbol y a Nápoles. En una ciudad como Barcelona, donde la gastronomía es cada vez más global, este nuevo templo napolitano llega para recordarnos que la autenticidad sigue siendo el mayor lujo.



