La noche del lunes, el primer lunes de mayo, el Museo Metropolitan de NY cogió el acontecimiento de moda más importante del panorama internacional. La Gala del MET, el Met Ball o Costume Institute Gala es la gran alfombra roja que se organiza como previa a la exposición que el Departamento de Moda del Museo Metropolitan organiza de forma anual. En sus inicios el evento era un acto social y cultural que reunía a lo más selecto y granado del Upper East Side, era el inicio de una de las exposiciones más importantes del programa del Metropolitan, y como tal tenía una especial reseña dentro calendario social de la Gran Manzana.
El quién es quién del mundo de las finanzas y alto abolengo de NY se reunía entorno al arte y la moda como dos elementos que iban de la mano. De forma elegante, exclusiva y excluyente desde 1.948, la cita transcurría de forma discreta sin renunciar a las portadas y titulares. No es hasta 1.995, año en que Anna Wintour aparece en escena como directora del Costume Institute, que el acto adquirió la importancia mediática de la que hoy goza hasta convertirse en el gran acontecimiento de moda por el que las firmas y celebrities -no todas- pagan 30 mil euros (y más) por acudir a la gala. Así pues el encuentro tiene tintes benéficos ya que la recaudación entra en las arcas del Departamento de Moda del Museo Metropolitan: sirve para financiar el departamento, la gala en sí y el resto de actos y actividades que se suceden durante todo el año.
Divina moda: «Heavenly bodies; fashion and the catholic imagination».
La de este año ha marcado un hito en la historia de la moda y del Vaticano. Por primera vez una institución tan hermética abre las puertas de su patrimonio fashionista y saca al mundo 50 piezas que dan testimonio de las creaciones textiles más nobles de la Capilla Sixtina. A las 50 piezas se unen otros accesorios como una tiara con 18.000 diamantes llevada por Benedicto XIV en el siglo XVI. Cuerpos Celestiales: la moda y la imaginación católica, es una exposición que estará abierta al público en general, por un precio de 25 dólares, desde el 10 de mayo hasta el 8 de octubre.
Gianfranco Ravasi, el clérigo al servicio de Dios, Anna Wintour y Donatella Versace.
Las cesión de las piezas que forman la exposición han sido seleccionada por Anna Wintour y Gianfranco Ravasi, el máximo responsable de Cultura de El Vaticano, sus funciones son parangonables a las de un ministro de cultura. Ambos, junto a Donatella Versace, se han encargado de todos los detalles y juntos posaron en la sede papal presentando un avance de la expo que se verá hasta otoño. Del trabajo realizado surge la pregunta: ¿Cómo un clérigo se ha entendido tan bien con dos de las mujeres más influyentes de la moda?
Dentro del Vaticano Gianfranco Ravasi ha desempeñado varias funciones en el ámbito cultural y artístico de la Santa Sede. Entre las hazañas de Ravasi se encuentra haber sido el responsable del contenido del primer pabellón de la Iglesia Católica en la Bienal de Venecia. Desde 1.989 al 2.007 desempeñó las funciones de prefecto de la Biblioteca-Pinacoteca Ambrosiana, puesto que le abrió las puertas dentro de la moda milanesa llegando a mantener relación personal y profesional con personajes como Armani, Gianni Versace o Miuccia Prada. Su sensibilidad en este mundo, a priori, ajeno a los quehaceres celestiales, le han hecho el hombre clave para el desarrollo de esta exposición sin precedentes.
#MET2018, la “reconciliación” de Madonna con la Iglesia.
Siempre polémica y crítica con los postulados de la Iglesia Católica Madonna se enemistó con la institución cuando en 1.989 sacó el video de su éxito Like a Prayer. El single, uno de los más vendidos en la historia de la música y el mejor de la cantante para muchos críticos, escenificaba una violación perpetrada por varios hombres blancos. En rescate de la víctima acude un hombre de color que es detenido arbitrariamente. Testigo de los hechos, Madonna acude a la iglesia y ante un santo, el mismo hombre de color detenido, se postra intentando tener respuesta. Lo bueno viene cuando la cantante se enrolla con el santo, emula las heridas que sufrió Jesús antes de ser crucificado y quema varias cruces en medio del campo. El acto fue condenado por el Papa Juan Pablo II como un espectáculo satánico, el más satánico de la historia de la humanidad y en consecuencia se prohibió la entrada de Madonna en Italia, en lo que fue el primer gran desencuentro de la cantante con la institución.
Ayer vestida por (y de la mano de ) Jean paul Gaultier la reina del pop interpretó la canción. 29 años después la revulsión que supuso Like a Prayer sigue vigente en nuestra sociedad en consignas que denuncian la injusticia, la discriminación y la desigualdad.
El mejor escaparate para las firmas de lujo.
The First Monday In May, es el nombre del documental que muestra a la perfección cómo se fragua los entresijos de la gala. La gran protagonista es Anna Wintour, con cuya llegada la gala se llenó de glamour. Ella es la artífice de que estemos ante un gran escaparate publicitario en el que los firmas presentan diseños exclusivos e intentas transmitir a lo grande sus valores y pilares, a través de los trajes de llevan las celebrities invitadas al evento.
Este año la lista la han formado solo 700 invitados, entre los que se encontraban Katy Perry, Irina Shayk, Blake Lively Salma Hayek, Sarah Jessica Parker o los fundadores de Instagram. Todos acompañaron a las anfitrionas de la velada: la convocante Anna Wintour, la embajadora Rihanna, y las invitadas de honor Amal Clooney y Donatella Versace.
Balmain, Louis Vuitton, Gucci, Valentino, Oscar de la Renta y hasta H&M firman los Looks de las estrellas donde la gran protagonista fue, un año más, Rihanna vestida John Galliano, director creativo de Maison Margiela.