En el epicentro del lujo parisino Balmain reescribe su historia con la apertura de una mega boutique que confirma la buena salud por la que está pasando la enseña francesa.
La época dorada que está viviendo la legendaria maison se debe al notable trabajo realizado por su director creativo. Olivier Rousteing ha sacado a la firma de las antípodas del lujo presentando colecciones complejas a la par que comerciales, ya que las ventas de Balmain han mejorado significativamente en los últimos años.
Antes de la llegada de Rousteing, la firma se había centrado en aparecer en los editoriales de moda de las revistas más importantes e influyentes del mundo para mantener la nota de exclusividad, por lo que aparecer en los medios de Internet y las redes sociales era algo que escapaba del pensar de los directivos de la empresa. Pero con Olivier eso se ha logrado satisfactoriamente: llegar a todos los públicos del mundo. Y ese ha sido uno de los aciertos que están permitiendo recoger los frutos del éxito actual.
Gracias a la labor de Olivier en el campo de la comunicación y el diseño la casa ha aumentado sus ganancias.
Balmain que estuvo a punto de quebrar entra en una nueva fase. La de expansión internacional y su regreso a la Alta Costura han logrado reposicionar a la firma dentro del nicho del lujo. La revolución no sólo pasa por las redes sociales y sus ventajas, sino también por acudir a embajadoras de la música pop como Rihanna, de la que el diseñador se declara fan, o Kim Kardashian y su esposo, el rapero Kanye West. Olivier se presenta como un amante de la música pop, y de la cultura del hip hop. Sin desvirtuar el adn de Balmain, recreando en sus colecciones ambientes urbanos, jóvenes pero esencialmente elegantes y sofisticados. De esta forma las creaciones de Balmain se alejan del conservadurismo y estancamiento generacional de tiempos pretéritos de muchas casas parisinas y se acerca el mundo joven amante del buen gusto, las tendencias, la música… El objetivo es mantener la esencia de la marca en su nivel superior pero sin vivir al margen de las tendencias de vida de la sociedad actual.
En concreto la boutique de París cuenta con 2 mil m2 de superficie comercial repartidos en dos plantas y espacios exclusivos, donde detalles y acabados nobles embellecen su interior. A la apertura de París se suman otras, con una nueva ubicación en Nueva York y el desembarcó en Shanghai que tras Londres y Los Àngeles era uno de los retos de la casa.