Zara inicia lentamente su camino hacía la moda aspiracional con su nueva campaña para este otoño invierno. La enseña más universal de Inditex, el primer grupo de moda del mundo, pone en el mercado su colección más detallista y elaborada.
Desde el 17 de octubre, el otoño de Zara es la escenificación de una mujer fuerte, elegante y sofisticada. Si por un momento obviamos el nombre de la marca, la campaña, con fashion film incluido, no tiene nada que envidiarle a los diseños de las grandes casas del lujo y el prêt à porter como Gucci, Versace o Dior.
Este año la marca eleva la presentación de sus total looks a algo más de diseño, en donde la puesta en escena y los detalles a partir de los accesorios son las claves para aportar un estilo sofisticado y pensado para cualquier momento de la mujer, ofreciendo opciones para crear composiciones urbanas, de fiesta o para el trabajo.
Las piezas que parecen sacadas de las pasarelas más influyentes irás in crescendo con los drops y cápsulas que se pondrán a la venta a medida que se adentre el invierno. Las vibrantes imágenes han sido captadas por Steven Meisel, una eminencia en el mundo de la fotografía. Su carrera se hizo célebre por sus portadas para Vogue Usa e Italia, y por ser el preferido de grandes como Madonna o Celine Dion. Sobre campañas para grandes firmas de la moda Meisel sabe y mucho, su lente ha captado lo mejor de los diseños de Prada, Versace, Valentino y ahora de Zara.
Una marca low cost que evoluciona hacia una firma aspiracional.
Esta colección es la materialización de un plan de transformación y reposicionamiento de Zara. En los últimos años hemos visto como la marca ha puesto en el mercado colecciones cápsulas especiales que ofrecen algo más que moda de tendencia a un precio low cost, y hasta ha cambiado sutilmente con grafías más elegantes su logo de marca.
En el mercado de la moda a precios asequibles Zara es sin duda la reina de la industria. Por lo que el reto ahora es elevar el status trabajando en convertirse en una firma aspiracional, en algo digno de lucir y exhibir como elemento de distinción, tal y como lo hacen las enseñas de lujo con sus diseños de logomanía, que aportan al producto un valor de deseo más allá de la utilidad.