Hacerse hueco por méritos propios en el circuito internacional de las pasarelas más influyentes. Ese es el gran logro que ha obtenido Copenhagen Fashion Week quien acaba de celebrar su última edición del 31 de enero al 3 de febrero.
Rivalizar con París, Milán, Londres o Nueva York no es tarea fácil. La pasarela danesa copa los titulares en importantes medios como Vogue, el New York Time o Le Monde, por cuenta de sus logros y enfoque en el universo de la moda.
Copenhagen es el epicentro de un nuevo lenguaje visual que resulta más atractivo para la Generación Z. Sus diseñadores conectan con un público profesional y general que sabe captar las tendencias. Las propuestas que se presentan en la pasarela van más allá de lo esperado generando un nicho de mercado en el que se conjugan alta sostenibilidad, diseño e innovación.
Copenhagen es el epicentro de un nuevo lenguaje visual que resulta más atractivo para la Generación Z
Reviste especial atención las reglas para formar parte del calendario oficial. Copenhagen Fashion Week es el altavoz para diseñadores y marcas que confeccionan sin pieles. Las producciones y espectáculos se deben ejecutar sin desperdicios. Los participantes deben firmar el código ético de la moda danesa, y en sus shows deben apostar por la diversidad racial.
Los aspirantes deben suscribir un total de 18 reglas conceptuales que abarcan seis áreas clave: dirección estratégica, diseño, elección inteligente de materiales, condiciones de trabajo, compromiso de los consumidores y producción de los desfiles. Esta temporada es la primera en que los requisitos se aplican a rajatabla, tras dos años de prueba piloto.
Lo de Copenhagen Fashion Week es un oasis de sostenibilidad que aporta luz sobre el camino que se debe seguir en la industria de la moda. Las marcas que desfilan deben demostrar que al menos un 50% de su colección está fabricada con materiales certificados como reciclados.
El check de apto no queda allí, todas las propuestas de las marcas son verificadas por un comité de sostenibilidad dirigido por la consultora Rambøll.
Asimismo, a las 18 normas las marcas deben responder 58 preguntas relacionadas con objetivos científicos enfocados a reducir la huella de carbono.