El emblemático restaurante Montesquiu, ubicado en la calle Mandri de Barcelona, celebra el 70+1 aniversario de su apertura. Montesquiu se ha convertido en un local que apuesta por una cocina ecléctica, liderada por el cocinero Iqbal Singh Prince, de India, y por productos de primer nivel.
La carta del “Quiu” propone una oferta sencilla y variada. De las Muelas explica que se trata de una cocina “donde vale todo”, que refleja su personalidad y engloba todas sus pasiones: desde el cazón en adobo o las ortiguillas, en referencia a su amor por Andalucía, hasta las papas arrugás con mojos, que le recuerdan a sus visitas a Cádiz.
Sin abandonar las tradicionales tapas, seña de identidad de la casa, en Montesquiu se pueden encontrar platos tan diversos como el poke bowl, el pollo tikka masala, pizza, marisco, tataki de atún, pasta fresca, ensaladas, vitello tonnato, lobster roll o wraps mexicanos.
La oferta de la carta se completa con una variedad de postres, donde destacan la espuma de crema catalana, el soufflé Alaska, el tiramisú y el hojaldre de manzana con helado de vainilla. Montesquiu dispone también de una gran variedad de cervezas que han contribuido a popularizar el local, y una amplia sugerencia de cocktails, insignia de Javier de las Muelas.
Para su aniversario el restaurante ha recuperando una selección de tapas que se servían en 1952 y los diferentes recipientes que se utilizaban originalmente para emplatarlas. Además, incorpora novedades, como un contador de patatas bravas situado en la barra del local, o la oferta de tapas gratuitas para los clientes que pidan cervezas de lunes a sábado, entre las 19:00h y las 20:30h.
“Llevamos 70 años ofreciendo productos de la más alta calidad con un servicio amable, cercano y experto; ahora es el momento de compartir las cosas buenas con la generación venidera”, explica Javier de las Muelas. A día de hoy, Montesquiu sigue siendo un referente social y gastronómico del barrio y de la ciudad. Es el punto de encuentro “donde se reúnen, generación tras generación, muchos vecinos del barrio de Sarrià-Sant Gervasi, así como otros barceloneses que lo consideran ya su casa”, apunta De las Muelas.