Las grandes marcas están redescubriendo el valor de lo auténtico y lo único sobre la eficiencia de la producción en serie. Este cambio de paradigma se produce gracias a la artesanía, que está redefiniendo el concepto de lujo. Esto se debe en gran parte al valor agregado que el trabajo manual de los artesanos aporta a las piezas, dotando de importancia no solo al proceso de creación de un producto, sino también a los materiales utilizados, permitiendo crear piezas únicas, longevas y atemporales.
El grupo francés, LVMH, propiedad del magnate Bernard Arnault, ha abrazado esta tendencia con fervor. Arnault enfatiza la importancia de la artesanía en la identidad de las grandes empresas y LVMH, con sus raíces en la artesanía francesa, ha elevado productos cotidianos como el cuero y el vino a un nivel de excelencia, creando así empresas que no solo generan empleo y riqueza, sino que también moldean identidades.
En el corazón de esta tendencia se encuentran marcas como Carolina Herrera que, por ejemplo, con su colección Seagrass, ha establecido la artesanía como un pilar fundamental. Con más de 80 metros de cordón de alga trenzados meticulosamente a mano durante 10 horas, la firma rinde homenaje a la labor minuciosa de los artesanos. Estos bolsos no solo capturan la esencia de lo auténtico, sino que también resisten el paso del tiempo y las cambiantes tendencias. La joyería también juega un papel fundamental en este resurgimiento de la artesanía y lo podemos ver reflejado en las últimas colecciones de Desigual, que ha incursionado en el mundo de la joyería de la mano de una de las hijas del fundador de la marca. Aquí vemos que cada pieza está elaborada a mano y, por tanto, cada joya es única.
Otra marca que cada vez más opta por estas prácticas es la española Loewe. La visión de Jonathan Anderson, director creativo de la marca, resalta cómo la artesanía se ha convertido en una parte central de la identidad de la firma. Sus colecciones Waves o Paula’s Ibiza por ejemplo, celebran técnicas tradicionales como la cestería y la alfarería.
La artesanía también está presente en la moda española, donde la “alta artesanía” es valorada por encima de la “alta costura”. Las prendas de ropa, zapatos, bolsos, joyas y accesorios hechos a mano en España son considerados joyas eternas en los armarios, y son elaborados por familias enteras de artesanos que van dejando su legado de generación en generación.
De esto se hizo eco Maria Grazia Chiuri, directora creativa de Dior, al presentar la colección Crucero por España. La artista quedó fascinada por la cultura y la artesanía andaluza y a partir de ese momento quiso implementar detalles de obras que había visto, en las piezas de Dior, como los bordados o los mantones.
Este renacimiento de la artesanía en el mundo del lujo está dando forma a una nueva narrativa. Las técnicas tradicionales están adquiriendo un estatus moderno, y la estética rústica está ganando seguidores. A medida que más marcas reconocen la belleza y el valor de la producción manual, se está construyendo un puente entre el pasado y el futuro, entre la tradición y la innovación.
Este cambio hacia la artesanía en la industria del lujo no es solo una tendencia pasajera, sino un movimiento que resuena con los valores contemporáneos de autenticidad y calidad. Las marcas están redescubriendo el significado de la excelencia y la individualidad, y en este proceso, están redefiniendo lo que significa ser lujoso en un mundo cada vez más impulsado por la eficiencia y la homogeneidad.
