Para Piccioli, el color es un canal de comunicación poderoso, y en esta ocasión, el negro se convierte en un medio para redescubrir Valentino. Más allá de una simple ausencia de color, el negro aquí representa un espectro de matices infinitos. Inspirándose en expresiones artísticas como las pinturas negras de Mark Rothko y las formas negras escultóricas de Constantin Brâncuși, Piccioli explora el lenguaje del negro, su universalidad y su capacidad para absorber la luz física y cultural.
En esta colección, el negro se convierte en un lienzo para recontextualizar los elementos icónicos de Valentino: rosetones, volantes, bordados y encajes. Bajo la técnica llamada Valentino Altorilievo (Alto Relieve), el negro se ejecuta en tul, creando sombras que caen delicadamente sobre el cuerpo. Las formas se vuelven esculturales en terciopelos intensos y crepé, mientras que las transparencias de gasa velan la piel.
Valentino Le Noir es una reimaginación de la codificación de la marca, donde los volantes y plissé se abstraen en claroscuros, y el lenguaje de sastrería se traduce en vestidos que combinan fragilidad y fuerza. Estampados, bordados y tejidos dan vida al negro de manera única, ofreciendo una nueva realidad y relatividad a los gestos del pasado. Las siluetas arquetípicas de Valentino, con líneas glamurosas y hombros definidos de los años 80, se reexaminan sin nostalgia, delineando cuerpos contemporáneos.
El negro desafía y estalla los estereotipos en Valentino Le Noir, como sugiere Baudelaire, encerrando en sí mismo su propia democracia. Día y noche se confunden, las siluetas preciosas y los adornos adquieren nuevas dimensiones, marcando un hito en la evolución del icónico «Rosso Valentino» a un poderoso «Noir Valentino». Un desfile que demuestra que en la simplicidad del negro, se encuentra una complejidad infinita y atemporal.