El esperado desfile de Alexander McQueen para la temporada Otoño-Invierno 2024 marcó el debut del diseñador Seán McGirr, quien asumió la posición tras la partida de la talentosa Sarah Burton después de dos décadas de liderazgo. Con una propuesta que fusiona una opulencia rugosa y la exploración del instinto animal, McGirr dejó una marca distintiva en su primera presentación en Paris Fashion Week.
Con vestidos de látex comprimidos y detalles que evocan la juguetona agresividad, la colección busca «revelar el animal interior». Los ensamblajes de largos cabellos con vida propia se destacan, mientras los sombreros de cuero ocultan rostros enigmáticos de vaqueros siniestros. Las prendas de punto de geometría circular y las partes superiores adornadas con piel ofrecen una dimensión única, con guiños a la oscura estética característica de McQueen.
Se observa la sastrería distintiva de McQueen en blazers y pantalones ceñidos, que evolucionan hacia looks a rayas con camisas neón brillantes. Abrigos asimétricos con hombros redondeados juegan con ilusiones ópticas, mientras que vestidos incrustados con cristales inspirados en pantallas de teléfonos rotos añaden un toque vanguardista.
Aunque McGirr entregó una colección sólida que refleja sus experiencias profesionales, algunos observadores señalan una pérdida de conexión con la identidad única de McQueen. La fusión con su estilo anterior se hizo evidente, generando expectativas sobre cómo evolucionará su visión de la marca en el futuro y qué aportará a su legado.