En 1981, un encuentro fortuito en un avión entre el entonces director ejecutivo de Hermès, Jean-Louis Dumas, y la actriz y cantante Jane Birkin, dio lugar al bolso más buscado del mundo, que cumple 40 años convertido en mito en la industria de la moda.
Llevar un Birkin de Hermès indica que uno puede permitirse gastar entre 9.500 y 95.000 euros en un accesorio. Sin embargo, el dinero no es garantía para hacerse con esta pieza tan deseada; solo la casa de moda francesa conoce los criterios para tener uno en el armario.
La historia cuenta que durante el vuelo, Birkin luchaba con su icónica cesta de mimbre cuando Dumas, al presenciar la escena, comenzó a dibujar los primeros bocetos del bolso que tres años después, en 1984, llevaría el apellido de la actriz.
El proceso de fabricación de un Birkin es uno de los más complejos y detallados en el mundo de los accesorios de lujo. Cada bolso es confeccionado a mano por artesanos altamente especializados y puede tardar hasta cinco semanas en completarse.
La personalización es clave en su creación, adaptándose a los gustos y necesidades del cliente. Este minucioso proceso implica la selección de cueros tradicionales y poco comunes, el corte y costura precisa de cada pieza, y el ensamblaje meticuloso para asegurar la máxima calidad y durabilidad.