Gucci continúa su camino bajo la dirección de Sabato De Sarno, presentando una colección Primavera-Verano 2025 que reafirma la conexión entre la moda, el arte y la cultura. El icónico museo Triennale de Milán fue el escenario elegido, un lugar que ya había albergado su desfile masculino unos meses atrás. Esta vez, la puesta en escena y la iluminación, con tonos que recordaban a un cálido atardecer, resaltaron cada una de las piezas de la colección.
Las celebrities no tardaron en deslumbrar al público desde la primera fila. Dakota Johnson destacó con un vestido see-through blanco con detalles florales, mientras que Kirsten Dunst y Daisy Edgar-Jones optaron por estilos igualmente sofisticados, todos inspirados en las tendencias presentadas por De Sarno. La música de fondo, cortesía de Mark Ronson y Julian Dobson, acompañó la caminata de modelos que exhibían los más recientes homenajes de la casa italiana a su herencia.
Uno de los puntos álgidos del desfile fue el regreso del icónico bolso Gucci Bamboo 1947, una pieza de culto que vuelve a la pasarela con ligeras actualizaciones, como detalles en cuero, laca y plexiglás, manteniendo su icónica asa de bambú. Además, la colaboración con artistas japoneses para celebrar el 60º aniversario de Gucci en Japón dio lugar a una reinterpretación única de este bolso clásico.
Entre los accesorios destacados también se encontraban los bolsos 73 Bucket, decorados con el famoso detalle de Horsebit, que también se trasladó a una amplia gama de calzado que incluyó plataformas, botines y bailarinas. Para los amantes de la tradición Gucci, estas piezas no solo rinden homenaje a su historia, sino que reafirman la obsesión continua por los detalles meticulosos.
La inspiración de los años sesenta se sintió a lo largo de toda la colección, especialmente en las siluetas arquitectónicas de abrigos estructurados, faldas en A y pantalones cortos. Estos diseños, combinados con el uso del monograma GG en prendas cotidianas como vaqueros y camisetas sin mangas, revelan el enfoque contemporáneo de De Sarno para mantener el ADN de la casa.
El cuero, un material emblemático de Gucci, también tuvo una presencia destacada, con looks que desafiaron las convenciones estacionales al integrar este tejido típicamente invernal en prendas más frescas y veraniegas. Asimismo, los delicados encajes y los guiños a la lencería, como lo mostraron Dakota Johnson y Daisy Edgar-Jones, aportaron un toque romántico y femenino.
El color insignia de la colección, un profundo rojo cereza llamado Gucci Rosso Ancora, dominó las piezas más destacadas, reafirmando la nueva identidad cromática de la marca bajo el liderazgo de De Sarno. Este tono, combinado con otros colores vibrantes como el verde lima y el naranja cítrico, contrastó con los detalles más sobrios en blanco y gris.
Con esta colección, Sabato De Sarno continúa su misión de revitalizar Gucci, uniendo tradición y modernidad en un conjunto de piezas que celebran su rica herencia, sino que miran hacia el futuro. Según el propio diseñador, “es un momento preciso en el tiempo, un instante que debemos vivir al máximo”.