El 14 de febrero, bajo la cúpula del Bluesman Cocktail Bar del Hotel Palace de Barcelona, Marion Cardona presentó Mion Paris, su nueva firma de bolsos que trasciende el accesorio para convertirse en arte.
Mion no es una marca convencional: es una declaración de intenciones que reivindica el diseño como forma de expresión, como un lenguaje que va más allá de las tendencias y se adentra en el terreno de la emoción.

El debut de Mion Paris no pasó desapercibido. La presentación en el Palace Barcelona se convirtió en una celebración de la nueva generación creativa de la moda, rodeada de diseñadores emergentes, fotógrafos, estilistas y rostros clave de la industria. Entre cócteles y conversaciones, la velada capturó a la perfección la esencia de la firma: un universo donde la moda se encuentra con el arte, lo conceptual con lo tangible y lo clásico con lo contemporáneo.
Marion no es una recién llegada. Su nombre resuena entre los creativos de la moda de Barcelona por haber trabajado con firmas como Mango, Lacoste, TwoJeys y Nude Project. Sin embargo, Mion Paris es su obra más personal, una materialización de su amor por la fotografía, la pintura y el cine.
Detrás de cada pieza hay una historia, una estética que recuerda a los fotogramas de una película clásica, a la intimidad de un cuadro impresionista o al instante capturado en una cámara analógica.

La primera colección, Le Silence, es un homenaje al cine mudo y a la fuerza del lenguaje visual. Tres bolsos, tres narrativas: Dernière Gorgée, que evoca las conversaciones de sobremesa que se convierten en recuerdos imborrables; Le Murmure, un tributo a los paseos nocturnos y las palabras que nunca se dicen en voz alta; y Le Voyage, la promesa de nuevas aventuras, de viajes donde el destino es lo de menos. Cada bolso es un objeto de deseo, pero también un relato, una invitación a mirar más allá de la moda.
Lo que distingue a Mion Paris es su filosofía. La firma no se lanza en boutiques ni en grandes almacenes, sino en galerías de arte, convirtiendo cada colección en una exposición. Aquí, los bolsos no se cuelgan en percheros, sino que se exhiben como esculturas, rodeados de material gráfico y conceptual que sumerge al espectador en el universo creativo de la marca.

Con unidades limitadas y diseños irrepetibles, Mion no busca la producción en masa ni el consumo rápido, sino la exclusividad en su sentido más puro.