Con una propuesta que dialoga entre lo ancestral y lo contemporáneo, la diseñadora Lorena Panea ha vuelto a demostrar por qué su nombre es sinónimo de identidad, artesanía y sensibilidad estética . En el marco de la Barcelona Bridal Fashion Week, la creadora catalana presentó Amazigh, su nueva colección de novias, inspirada en los pueblos bereberes del norte de África. Una oda visual y emocional a las culturas nómadas que, a través del diseño, evocan libertad, memoria y sofisticación sin artificios.
Amazigh no es una colección convencional. Cada pieza funciona como un manifiesto visual que conecta con el alma de las civilizaciones que han sabido vestir el desierto con elegancia silenciosa. Las siluetas, fieles al enfoque personalizable de la firma, abrazan el cuerpo femenino sin someterlo, respetando su movimiento natural. Los materiales, seleccionados con precisión —gasa, mohair, crepé e hilos metálicos—, se ensamblan con bordados geométricos y motivos naturales que remiten a símbolos tribales y formas orgánicas.
La trayectoria de Panea, avalada por premios nacionales y la presencia continua en revistas como Vogue, Elle y Vanity Fair, ha logrado posicionar su marca como una de las más respetadas en el circuito de alta costura nupcial en España.
Los colores aportan una dimensión poética al conjunto: desde los terracotas que recuerdan a la tierra árida del Magreb, hasta el negro profundo que remite a los cielos despejados del Sáhara. Estos matices, integrados con sutileza en una paleta dominada por blancos naturales, enriquecen el relato visual de la novia que se desmarca de las normas sin perder un ápice de elegancia.
El desfile fue una puesta en escena coherente con la filosofía de la colección: sobria, espiritual, con una cadencia marcada por la música de raíz y una iluminación tenue que realzó la textura de los tejidos. Lejos del efectismo, Panea apostó por una presentación que ponía el foco en la prenda y en el mensaje cultural que esta transporta.
Celebridades como Nathy Peluso, Blanca Paloma o Nuria Gago han lucido sus piezas, convirtiendo la moda de autor en una declaración de intenciones.
Con Amazigh, la firma afianza su compromiso con una visión de la moda que trasciende lo estético: una moda con alma, con memoria y con propósito. En un contexto en el que muchas marcas apuestan por la producción en serie y la neutralidad conceptual, Lorena Panea reafirma su apuesta por lo auténtico, lo hecho a mano y lo culturalmente relevante.
Esta colección llega en un momento clave para la industria, donde el lujo consciente y la búsqueda de narrativas con significado se convierten en valores diferenciales. La moda nupcial, a menudo encorsetada en códigos tradicionales, encuentra en propuestas como Amazigh una vía para renovarse sin perder profundidad simbólica.