La firma Helena irrumpe esta temporada con una propuesta que revoluciona el vestuario nupcial: vestidos pensados para transformarse, adaptarse y evolucionar a lo largo del día. Con un espíritu joven y sofisticado, su nueva colección responde a las necesidades de la novia moderna que valora tanto la estética como la funcionalidad.
La clave está en su enfoque modular y personalizable. Desde corsés estructurados hasta faldas ligeras y brillantes, pasando por una amplia gama de accesorios intercambiables, cada pieza ha sido concebida para construir múltiples looks a partir de un mismo diseño base. Así, una novia puede cambiar de estilo —de etéreo a glamuroso, de clásico a vanguardista— sin perder coherencia ni sofisticación.
La colección destaca también por su compromiso con los detalles y los acabados: encajes intrincados, tules vaporosos y cortes que realzan la silueta, todo al servicio de una experiencia nupcial que es tanto estética como emocional.
En contraposición, Raquel López continúa escribiendo su legado a través de la excelencia artesanal y el diseño de autor. Su colección «Infinitud» es un homenaje a la belleza eterna, una celebración de la mujer empoderada que desafía al tiempo sin renunciar a su esencia.
La propuesta fluye entre la tradición y la vanguardia, con tejidos nobles como la bambula trabajada a mano —símbolo de la casa desde sus orígenes—, el tweed reinterpretado y el satén minimalista, que juntos construyen una narrativa de sofisticación y continuidad.
Cada vestido está impregnado de una elegancia sutil que rehúye el exceso. Los cortes impecables, los drapeados orgánicos, las capas etéreas y las mangas con arquitectura propia, se unen a detalles cuidadosamente trabajados para crear una colección donde el lujo reside en lo esencial y en lo emocional.
Con un enfoque sinestésico y emocional, Raquel López no solo diseña vestidos: crea recuerdos, siluetas con alma que invitan a la novia a ser ella misma en su versión más plena.
Helena y Raquel López representan dos caminos distintos hacia un mismo destino: el de una novia que busca autenticidad, belleza y significado en su vestido. Una que desea verse reflejada en cada costura, ya sea a través de la innovación modular o de la artesanía eterna.