Con la apertura de Lora, el nuevo restaurante insignia del hotel SLS Barcelona, la ciudad suma una propuesta gastronómica de lujo con un marcado carácter mediterráneo y cosmopolita. Concebido en colaboración con Studio Paskin, el aclamado estudio británico detrás de espacios galardonados como The Palomar y Evelyn’s Table, Lora representa una celebración de la cocina como experiencia compartida, cercana, con raíz y sofisticación.
Su carta es una travesía que conecta los sabores de las costas mediterráneas —desde Barcelona hasta Beirut— y se cocina al calor del fuego: un horno de leña y una parrilla de carbón presiden la cocina abierta, desde donde emergen platos de gran formato diseñados para compartir. La propuesta es honesta en la técnica, rigurosa con el producto y generosa en espíritu.

Entre los imprescindibles destacan los flatbreads recién hechos, servidos con combinaciones como feta batido, aceite de oliva y za’atar o cordero especiado con chile, sumac y yogur. Las ensaladas coloristas elevan el producto de temporada, mientras que el bar de mariscos despliega un abanico de lujo: gambas rojas de carabinero, ostras de Cambados y vieiras acompañan al atardecer desde su terraza con vistas al puerto.

La parrilla se activa al caer la noche con piezas como la chuleta de cerdo ibérico de pata negra, mientras que los platos para compartir ganan protagonismo: la paletilla de cordero persa cocida durante 12 horas con granadas y arroz crujiente con azafrán es un claro homenaje a la cocina lenta, cuidada, donde cada ingrediente narra su historia. Como acompañamientos —que aquí adquieren identidad propia— destacan la coliflor con chile o las setas de ostra con tahini de apio silvestre, que completan una propuesta sensorialmente rica.

La experiencia se amplifica con una escenografía interior firmada por AvroKO en colaboración con Carte Blanched, que articula el restaurante en torno a un patio central, evocando los espacios mediterráneos. Arcos, mosaicos, vitrales y una vegetación suspendida generan un entorno envolvente donde la luz —filtrada por baldosas de efecto solar— dialoga con el diseño. La transición hacia la terraza se realiza de forma fluida, conectando el interior con las aguas del Port Fòrum.

Con capacidad para 330 comensales, Lora logra conjugar la intimidad de un comedor privado con la majestuosidad de un gran espacio. La atmósfera remite a la elegancia descomplicada de la época dorada de Beirut y a la vitalidad marítima de Barcelona, tejida con referencias cruzadas entre culturas, colores y texturas.Lora forma parte del conjunto de seis nuevos conceptos de restauración y vida nocturna que SLS Barcelona desplegará por su reciente apertura, marcando el debut europeo de una marca conocida por transformar la hospitalidad en una celebración de la exquisitez.