lunes, junio 16, 2025
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    Aldea abre en el Born como nuevo refugio sensorial con cócteles de autor y cocina global artesanal

    La nueva coctelería Aldea irrumpe en el corazón del Born con una propuesta inspirada en cenotes y aldeas europeas. Sandos creativos, mariscos frescos y destilados propios dan forma a una experiencia inmersiva que va más allá de lo gastronómico. Un espacio íntimo, pensado para descubrir sin prisas.

    Nada más cruzar la puerta, el visitante se encuentra envuelto en una atmósfera inesperada: la barra iluminada con reflejos que simulan el vaivén de las olas, la madera natural y la vegetación que cuelga suavemente desde el techo crean un efecto envolvente que recuerda a un rincón secreto entre la selva y el mar. El aroma a maderas exóticas e incienso activa la memoria sensorial y refuerza esa sensación de estar lejos, muy lejos del bullicio habitual del Born. Pero no se ha salido de Barcelona. Se ha entrado en Aldea.

    Situada en el Carrer de l’Esparteria 14, en pleno corazón del Born, Aldea se presenta como un refugio con alma. Inspirada en los cenotes mexicanos y en las pequeñas comunidades europeas que apuestan por la autenticidad, esta nueva coctelería y restaurante propone una escapada sensorial en medio del tejido urbano. El proyecto se materializa a través de un espacio donde la calma tiene forma, y el tiempo parece diluirse entre cócteles de autor y bocados con alma de viaje.

    © Cortesía de Aldea. Todos los derechos reservados.

    La propuesta gastronómica está protagonizada por sandos artesanales —versiones creativas del clásico sándwich japonés— con rellenos que combinan sabores del Mediterráneo, México y el Caribe. A su lado, mariscos frescos, platos vegetales sorprendentes y reinterpretaciones de recetas locales con toques globales. Todo parte de ingredientes de temporada y se acompaña con cócteles elaborados con destilados propios gracias al uso de rotovapor, lo que permite una alquimia de sabores tan singular como personal.

    La carta de cócteles de Aldea es una invitación al viaje sensorial, donde cada trago encierra un recuerdo o una historia personal. Creaciones como Ojo Rojo —una mezcla vibrante de tomate, fresa fermentada, albahaca, sake y vodka— o Cascada, con notas de albaricoque, rooibos y vodka lupulado, revelan una sensibilidad que va más allá de lo convencional. Otros como Juntos (pimiento asado, bergamota, chile y tequila) o Holy Cow (mango, curry, té verde, ron) apuestan por ingredientes inesperados, jugando con contrastes sutiles y provocadores. No hay artificios: solo técnica, intuición y un dominio impecable del equilibrio.

    © Cortesía de Aldea. Todos los derechos reservados.

    También hay espacio para los cócteles sin alcohol, como el Non Garibaldi o la Aldea Kombucha, pensados para quienes buscan una experiencia completa sin renunciar al placer del sabor. Cada receta ha sido concebida como una extensión del universo sensorial de Aldea, con la misma atención al detalle que se respira en el ambiente.

    Pero Aldea no sería lo que es sin las personas detrás del proyecto. Silvia, elegida World Class Bartender of the Year en España en 2023, y Fran, viajero incansable y alquimista de la barra con experiencia en lugares como Paradiso y Cova Santa, han diseñado una carta líquida que es también un diario de viaje. Cada cóctel cuenta una historia, cada trago lleva consigo un territorio, una emoción, una memoria. El enfoque de ambos se basa en la técnica, la creatividad y la sostenibilidad, pero sobre todo en la pasión por compartir.

    © Cortesía de Aldea. Todos los derechos reservados. Silvia y Fran, artífices de Aldea.

    Aldea ya ha comenzado a dejar huella en la escena barcelonesa. Entre sus primeras colaboraciones destaca una experiencia conjunta con Handshake, considerada la mejor coctelería del mundo, lo que refuerza su posicionamiento como espacio con vocación internacional sin perder su raíz artesanal.

    Este no es un bar cualquiera. Es un lugar que se descubre con los sentidos y se recuerda con el alma. Un oasis contemporáneo que ofrece algo más que buena comida y bebida: ofrece una experiencia. Aquí se viene a parar. A sentir. A conectar. Porque Aldea no solo se visita, se habita.

    © Cortesía de Aldea. Todos los derechos reservados.

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