lunes, junio 30, 2025
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    La Cabrera celebra su consolidación en Barcelona como referente de la auténtica parrilla argentina

    Con más de dos años y medio en la capital catalana, el restaurante La Cabrera se ha convertido en uno de los templos gastronómicos favoritos para los amantes de la carne. Bajo la batuta del chef argentino Gastón Riveira, ofrece una experiencia auténtica, con cortes premium y cocina a la brasa. Su éxito combina tradición, sabor y un ambiente acogedor en pleno Eixample.

    En una ciudad como Barcelona, donde la oferta gastronómica es tan diversa como exigente, solo unos pocos restaurantes logran dejar huella real. Uno de ellos es La Cabrera, la casa de carnes argentinas del célebre chef Gastón Riveira, que tras más de dos años y medio desde su llegada a la capital catalana, ha conquistado paladares, corazones y titulares.

    Ubicado en el número 239 de la calle Diputació, a escasos metros de Plaza Catalunya, el local destaca por una propuesta que conjuga la autenticidad de la parrilla argentina con una experiencia sensorial cuidada hasta el último detalle. Entrar a La Cabrera es comenzar un viaje a través de sabores, aromas y emociones que transportan directamente a Buenos Aires, sin necesidad de subir a un avión.

    © Cortesía de La Cabrera. Todos los derechos reservados.

    Desde el primer momento, la puesta en escena atrapa. El acceso desde la calle, amplio y luminoso, deja entrever una bodega espectacular que se alinea a lo largo del pasillo y guía hacia el corazón del restaurante: un gran salón abierto con cocina vista, donde se despliega una escenografía pensada con mimo, sofisticación y carácter. En el centro, los hornos y parrillas de carbón y leña arden con intensidad. Es allí donde ocurre la magia, bajo la dirección de un equipo que no simula ser argentino: lo es. La autenticidad es uno de los pilares clave del éxito de La Cabrera Barcelona.

    Gastón Riveira, considerado uno de los mejores maestros parrilleros del mundo, ha exportado su modelo a más de veinte países con un lema claro: respetar la carne, honrar la tradición y adaptar el concepto a cada cultura local sin perder la esencia. En España, esa adaptación incluye ingredientes como el jamón ibérico o pescados y mariscos como el pulpo o los langostinos, que también se preparan a la brasa. Pero lo que no cambia es el alma de la propuesta: cortes nobles, punto perfecto y respeto absoluto por el producto.

    © Cortesía de La Cabrera. Todos los derechos reservados.

    Entre los platos más icónicos destacan el ojo de bife Argentino, el bife de chorizo, la entraña, las mollejas y el chorizo criollo, acompañados de guarniciones servidas en originales cazuelitas que remiten al imaginario porteño. Hace seis meses, la carta se renovó introduciendo novedades como el steak tartar de solomillo argentino sobre tuétano a las brasas, el lomo bajo Wagyu o la costilla de asado de Nebraska cocida a baja temperatura durante 14 horas, ampliando así la oferta para un comensal cada vez más exigente y aventurero.

    El restaurante se articula en tres espacios diferenciados. El primero, más informal y distendido; el segundo, el salón principal donde tiene lugar la acción central, con capacidad para unos 60 comensales; y el tercero, un reservado más íntimo, ideal para celebraciones privadas, reuniones exclusivas o cenas con celebridades que prefieren discreción. Por este último han pasado nombres como Ricardo Darín, Úrsula Corberó, Juan Martín del Potro, Dani Olmo, Alejandro Balde o el mismísimo Slash, guitarrista de Guns N’ Roses, entre muchos otros. Las paredes del reservado conservan sus firmas, fotografías y anécdotas como un homenaje discreto pero elocuente a su paso por el templo.

    © Cortesía de La Cabrera. Todos los derechos reservados.

    La experiencia se completa con una terraza ajardinada encantadora, decorada con un jardín vertical que remite a la naturaleza salvaje de las Pampas argentinas, y coronada con las letras de “La Cabrera”, convertidas ya en icono visual de la marca. Es, sin duda, uno de los rincones más codiciados para las noches barcelonesas de primavera y verano.

    Mención aparte merece la carta de vinos, en la que brillan etiquetas provenientes de Mendoza y Río Negro, regiones emblemáticas de la enología argentina, pero donde también se han incorporado referencias españolas para quienes buscan armonías más cercanas. El maridaje se cuida con esmero, con recomendaciones personalizadas por parte del personal, siempre atento y formado.

    © Cortesía de La Cabrera. Todos los derechos reservados.

    La clave del éxito de La Cabrera Barcelona, más allá de la carne y la precisión técnica, es el alma. El restaurante ha sabido crear una atmósfera donde cada visita se convierte en un ritual de placer, hospitalidad y cultura. La fidelidad de sus clientes lo confirma: más del 50% de las reservas llegan por recomendación directa de amigos o conocidos, un dato revelador en tiempos de saturación digital.

    La Cabrera es un pedazo vivo de Argentina en el corazón de Barcelona, un homenaje a la parrilla como arte y a la carne como patrimonio emocional. Y por méritos propios, se ha ganado un lugar entre los referentes gastronómicos más celebrados de la ciudad.

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