Cruïlla se rinde al diseño: la moda emerge entre versos, beats y juventud. Por primera vez en su historia, el Festival Cruïlla de Barcelona abrió sus puertas al diseño de moda y lo hizo por todo lo alto. Coincidiendo con su 15º aniversario, el emblemático evento acogió el ESDI Degree Fashion Show 2025, titulado “Confluència”, sobre el escenario Cruïlla Dansa Bonpreu Esclat.
La iniciativa, impulsada por ESDI (Escuela Superior de Diseño, adscrita a la Universidad Ramon Llull), apostó por convertir el desfile final de su promoción en una celebración interdisciplinar, demostrando cómo la moda puede irrumpir en espacios no convencionales para dialogar con otras disciplinas creativas.

73 looks, 19 voces: moda como manifiesto generacional
Confluència no fue un desfile al uso. Fue un mapa emocional y conceptual que trazó con tejidos, siluetas y texturas un retrato del presente. Las colecciones de los 19 diseñadores emergentes abordaron temas que atraviesan nuestra época: la fragmentación de la identidad, el deseo y el trauma, la idealización del futuro, los efectos del turismo en Ibiza o la manera en que la infancia imagina la violencia.
Cada propuesta fue una cápsula estética con vocación narrativa, en la que los diseñadores reformularon lenguajes tradicionales desde ópticas contemporáneas. Desde corsetería que habla de fragilidad, hasta volúmenes desafiantes que cuestionan las nociones clásicas de belleza y género, Confluència confirmó la potencia simbólica de una nueva generación que diseña desde la emoción, la crítica y la valentía.

“Limerencia”, la belleza de la ruptura
El momento culminante llegó con la entrega del premio a la mejor colección, otorgado a Ingrid Sala Tur por “Limerencia, un amor escrito para el duelo”. Inspirada en el ballet romántico Giselle, su propuesta dramatiza el tránsito del amor idealizado hacia la pérdida y la descomposición emocional. A través de cinco looks, divididos en tres actos —ilusión, celos y lamento—, la figura de la novia se transforma, muta, y con ella los tejidos, los colores y las estructuras.
Los materiales etéreos como el tul, los encajes o las gasas ceden progresivamente a cortes rotos, a fragmentos suspendidos que narran una historia de desapego. El blanco nupcial se tiñe de negro, el vestido se convierte en duelo. Sala convierte el dolor íntimo en discurso estético, y la herida en símbolo.

Entre el cuerpo y la ciudad: los mejores momentos del desfile
Las propuestas más destacadas del desfile exploraron el cuerpo como escenario de tensiones sociales. Desde la exaltación del desgaste con paletas crudas y tejidos erosionados, hasta piezas que evocaron la maternidad, la reencarnación o el escapismo emocional. Varias colecciones destacaron por su apuesta inclusiva, unisex y funcional, apostando por tejidos naturales y estructuras cómodas, que incorporaban a la naturaleza dentro del entorno urbano.
En contraste, otros diseñadores recurrieron al dramatismo escénico: vinilos, terciopelos, lentejuelas, foil, brocados y jacquards dibujaron siluetas teatrales que narraban historias de violencia, deseo, espiritualidad o provocación. La moda, aquí, no fue tendencia, fue grito, espejo, símbolo y ruptura.

ESDI: 35 años formando diseñadores para cambiar el mundo
Con más de tres décadas de trayectoria, ESDI se reafirma como una de las escuelas líderes en la formación de diseñadores en Catalunya y España. Su participación en un entorno como Cruïlla marca un antes y un después, abriendo nuevas vías para pensar la moda como vehículo cultural, social y transformador.
“Confluència” ha demostrado que el futuro del diseño está en manos de quienes se atreven a experimentar, a cuestionar y a imaginar nuevas formas de vestir el presente. Barcelona no solo ha presenciado un desfile: ha asistido al nacimiento de nuevas voces que, con aguja, concepto y corazón, están listas para marcar el rumbo de la moda en nuestros tiempos.