domingo, julio 13, 2025
More

    Véronique Nichanian potencia la elegancia masculina en Hermès con un lenguaje de discreción y ligereza

    La nueva propuesta masculina de Hermès, presentada en Paris Fashion Week, despliega un armario urbano y elegante que integra el lujo silencioso con el bienestar estival. Véronique Nichanian apuesta por tejidos ligeros, siluetas relajadas y una paleta cromática sobria que respira con el cuerpo. Hermès Homme no sigue tendencias, las trasciende con una visión íntima y refinada del vestir masculino.

    Bajo el calor ardiente de París, Hermès presentó su colección masculina para 2026 con un desfile que fue, más que una puesta en escena, una declaración de equilibrio, calma y maestría. Véronique Nichanian, al frente de la dirección artística masculina desde hace más de tres décadas, demostró nuevamente que el lujo contemporáneo no necesita aspavientos. Se insinúa en la elección del material, en la proporción exacta de una silueta, en la cadencia con la que un tejido cae sobre el cuerpo.

    Desde la primera salida, la colección propuso una lectura refinada del verano: líneas limpias, estructuras flexibles y una paleta sobria animada por tonalidades minerales, ocres suaves, blanco hueso, verde seco y azul noche. Todo en la colección estaba pensado para respirar con el cuerpo, desde las camisas abiertas y los pantalones de caída fluida, hasta los detalles de openwork leather, una técnica que permite la ventilación natural sin renunciar al tacto lujoso de la piel.

    La ligereza fue el verdadero hilo conductor de esta propuesta. Camisetas en seda lavada, bombers perforados, pantalones en cashmere veraniego y chaquetas sin forro hablaban de una nueva formalidad, menos estructurada pero absolutamente impecable. Las prendas no estaban hechas para impresionar a primera vista, sino para ser descubiertas, habitadas y apreciadas en cada detalle.

    En accesorios, Hermès mantuvo su característico tono juguetón y sofisticado. Destacaron los pañuelos de cuero con flecos, las sandalias atadas con cuerda y los bolsos oversize decorados con ilustraciones de monos, un guiño irónico al espíritu libre que habita esta colección. Lejos de la rigidez tradicional del armario masculino, la propuesta invita a un verano contemplativo, donde cada prenda es una extensión del gesto y del pensamiento.

    La escenografía, instalada en la Place d’Iéna, acompañó la visión de Nichanian con un ambiente sereno y resplandeciente. A la salida del desfile, los invitados —entre los que se encontraban editores, celebrities y figuras clave del diseño internacional— abandonaban el recinto con una sonrisa. El mensaje había calado: la elegancia puede ser silenciosa, pero nunca pasa desapercibida.

    Más que una colección, esta entrega de Hermès fue una experiencia sensorial. En palabras de la propia maison: “El tiempo ya no corre: respira, como estas siluetas, arraigadas y livianas”. En un momento en el que la moda masculina tiende al exceso, Véronique Nichanian sigue apostando por la contención emocional, la técnica impecable y un concepto de estilo que se aleja del ruido para instalarse en el murmullo de lo esencial.

    Más artículos

    spot_imgspot_img