viernes, octubre 17, 2025
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    TUDOR 1926 Luna, la elegancia más poética se alía con la precisión suiza

    Coincidiendo con el esplendor del Festival del Medio Otoño, TUDOR presenta una creación que combina precisión suiza y sensibilidad oriental: el nuevo TUDOR 1926 Luna. Inspirado por la luna llena y la visión artística de Jay Chou, este reloj introduce por primera vez en la firma una complicación de fases lunares, envolviendo la elegancia clásica de TUDOR en un aura de poesía y modernidad.

    En un guiño al Festival del Medio Otoño, cuando la luna alcanza su máxima plenitud, TUDOR revela una de sus creaciones más evocadoras: el primer reloj con fases lunares de la firma. Una pieza que combina el rigor técnico de la relojería suiza con un halo de magia oriental, y que cuenta con la inspiración artística del multitalentoso Jay Chou, embajador global de la marca.

    El nuevo TUDOR 1926 Luna nace de la sofisticación atemporal de la línea 1926 —bautizada así por el año en que Hans Wilsdorf, fundador de Rolex, registró la marca— y se presenta como una oda a la belleza y la precisión.

    En cajas de acero inoxidable de 39 mm, las tres versiones disponibles —azul, negra y color champán— despliegan una sutil complicación de fases lunares a las seis en punto. Cada esfera refleja una interpretación única del fenómeno celeste, destacando el modelo champán ideado por Jay Chou, que reproduce la luna dorada emergiendo lentamente tras la sombra de la noche.

    © Cortesía de Tudor. Todos los derechos reservados.

    El resultado es una pieza que trasciende lo funcional para convertirse en un símbolo de armonía entre arte, tradición y técnica. Bajo su estética refinada late el calibre suizo T607-9 de cuerda automática, comparable en prestaciones a un “master chronometer”. La caja, fabricada en acero 316L, resiste hasta 100 metros de profundidad, y su brazalete pulido y satinado mantiene la elegancia clásica que define el ADN de TUDOR.

    Fiel a su lema “Born to Dare”, la firma reafirma su legado de innovación y excelencia, impulsado por la visión de Wilsdorf: crear relojes técnicamente perfectos y asequibles, sin renunciar al espíritu audaz que los ha acompañado desde 1926. Cada detalle del 1926 Luna refleja esa filosofía: esferas abombadas con textura vintage, índices facetados en forma de flecha y manecillas en espada, elementos que dialogan con la luz y evocan la meticulosa artesanía suiza.

    © Cortesía de Tudor. Todos los derechos reservados.

    El brazalete metálico, diseñado para adaptarse con precisión a la muñeca, combina confort y sofisticación. Sus siete eslabones alternan acabados satinados y pulidos, creando un juego visual que equilibra fuerza y elegancia. Ensamblado con la precisión característica de TUDOR, garantiza flexibilidad y durabilidad en cada movimiento.

    Como muestra de confianza en su savoir-faire, la maison ofrece una garantía transferible de cinco años, sin necesidad de registro ni revisiones periódicas, prolongando así el valor y la tranquilidad de cada propietario.

    Con el 1926 Luna, TUDOR rinde homenaje a la luna y a su magnetismo ancestral, y también a su propio legado. Una pieza que encarna la poesía del tiempo, el equilibrio entre innovación y tradición, y la eterna promesa de la marca suiza: crear relojes nacidos para atreverse… y destinados a brillar.

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