lunes, diciembre 1, 2025
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    Bedda Madre, un viaje sensorial a la Sicilia más auténtica

    El Grupo Dolcevita Gusto Italiano presenta Bedda Madre, su proyecto más personal y maduro, un homenaje vibrante a la cocina siciliana más auténtica. El nuevo restaurante combina producto traído directamente de la isla, tradición milenaria y una estética disruptiva con sello artístico. Una experiencia sensorial que celebra la memoria, el sabor y la esencia de Sicilia.

    El Grupo Dolcevita Gusto Italiano, con Emmanuele Stevanato al frente, vuelve a mover el mapa emocional de la restauración mediterránea en Barcelona. Tras el éxito arrollador de Número Diez —un homenaje vibrante a la Nápoles más auténtica en plena calle Capitán Arenas— el grupo firma ahora su proyecto más emocional, íntimo y maduro: Bedda Madre (Av. Constitución, 89, Castelldefels). Un viaje directo a la Sicilia más exuberante, donde la cocina es un acto de memoria y amor.

    Inaugurado el pasado 13 de noviembre, Bedda Madre irradia esa mezcla de orgullo, exageración y cercanía tan propia de la isla. La gastronomía siciliana, siempre teatral y generosa, habla aquí en voz alta, envuelta en un espacio visualmente disruptivo, lleno de contrastes y con piezas creadas por artistas emergentes. Todo pensado para que el comensal cruce un umbral emocional: del Mediterráneo barcelonés a una Sicilia que se vive, se huele y se escucha.

    © Cortesía de Grupo Dolcevita Gusto Italiano. Todos los derechos reservados.

    Pero por encima de todo, Bedda Madre es una declaración de intenciones: una oda a la tradición milenaria de una cocina donde la fusión no es tendencia, es ADN ancestral. Su secreto no reside solo en recetas que han viajado durante siglos entre culturas árabes, griegas, españolas e italianas; está también en la reverencia casi sagrada por el producto.

    La materia prima —quesos y embutidos sicilianos, pistacho de Bronte, ricotta fresca, almendras— llega directamente desde la isla para ser transformada por el chef Gaspare Citarrella, que firma una propuesta basada en memoria, técnica y desparpajo mediterráneo.

    © Cortesía de Grupo Dolcevita Gusto Italiano. Todos los derechos reservados.

    Un neón de la sala deja claro el planteamiento emocional del restaurante: “Un siciliano no te dice te amo, te cocina”. Y ese es precisamente el espíritu del local. La carta, presentada con humor, avisa de que “la dieta va a sufrir”, porque el viaje culinario se marca en cuatro actos: “se empieza poco a poco” (entrantes), “la cosa se pone seria” (primeros), la llegada de “la reina de la mesa” (pizzas) y el momento de comprobar que “el paraíso existe” (postres).

    Entre los entrantes destacan los fetiches del propio Emmanuele, como los Mangia e Bevi —una cebolleta envuelta en panceta, recuperada de los mercados de Palermo— que trazan un puente delicioso con el territorio catalán a través del calçot. Imperdibles también los arancini artesanales y las bravas sicilianas, los cazzilli palermitani, una colosal patata frita con salsa de ajo y pesto de pistacho.

    © Cortesía de Grupo Dolcevita Gusto Italiano. Todos los derechos reservados.

    En los primeros, la cocina se vuelve solemne con el cuscús de pescado real, emblema absoluto de la fusión cultural siciliana. A su lado brillan platos de “casa” como los anelletti al horno con ragú, mozzarella, guisantes y caciocavallo; los canelones de brócoli o los spaghetti al fuego, donde el picante alcanza ese punto catártico “para llorar de felicidad”.

    Las pizzas, más de una docena, se disputan su corona como reinas de la mesa antes de abrir paso a la repostería más golosa del Mediterráneo. Sicilia es la capital mundial del dulce y Bedda Madre rinde homenaje con clásicos como el Biancomangiare, el cannolo siciliano relleno de ricotta dulce o la cassata en copa, tan delicada como adictiva. Todo servido y narrado con absoluta maestría por el director del establecimiento, Gianluigi Federici.

    © Cortesía de Grupo Dolcevita Gusto Italiano. Todos los derechos reservados.

    Bedda Madre es, en el fondo, un homenaje al origen. A la memoria. A la cocina de las madres sicilianas que dicen “come, bambino” mientras colocan un plato rebosante sobre la mesa. Stevanato nos explica que su inspiración nace del recuerdo de comer en casa de su madre, y esa nostalgia estructural impregna la sala, los aromas y hasta el ritmo del servicio.

    Con este nuevo proyecto, el Grupo Dolcevita Gusto Italiano firma su salto a una etapa más madura: “Fuimos jóvenes con las trattorias; con Bedda Madre damos un paso más adulto, más gastronómico”, resume Emmanuele. Y ese crecimiento se nota en la precisión de las elaboraciones, el respeto absoluto al producto y la estética del local, que combina el caos encantador de los mercados sicilianos con la calidez exagerada de las casas de la isla.

    © Cortesía de Grupo Dolcevita Gusto Italiano. Todos los derechos reservados.

    El espacio se abre como un callejón cuidado que desemboca en un patio tradicional, donde conviven símbolos sacros y profanos, un guiño al sur más profundo. La firma visual del artista Daniel Pintos aporta irreverencia e ironía, mientras que el ilustrador Raffaele Villarusso convierte incluso los lavabos en un mini museo contemporáneo. Esta vez no son limones quienes reciben al visitante, sino atrapasueños, porque —como explica Stevanato— “la idea es que la gente deje atrás los malos pensamientos y viva una experiencia completamente siciliana”.

    El nombre del local tampoco es casual. En Sicilia, “Bedda Matri” es una expresión popular que significa “¡Madre mía!”, mezcla de sorpresa, exageración y ternura. Eso es exactamente lo que Stevanato quiere que el comensal sienta al salir del restaurante: la certeza de haber encontrado un pedacito de Sicilia verdadera, un lugar donde confiar por la comida, por el servicio y por una experiencia que se queda grabada en la memoria.

    © Cortesía de Grupo Dolcevita Gusto Italiano. Todos los derechos reservados.

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