Desde su lanzamiento internacional hace siete años, las Giving Machines han demostrado que la solidaridad puede ser tan accesible como adquirir un refresco. Su funcionamiento es idéntico al de una máquina expendedora, pero con un giro profundamente transformador: en lugar de comprar un producto, las personas “adquieren” ayuda real para quienes más lo necesitan.
“No es caridad, es comunidad”, afirma Sor Lucía Caram, portavoz del proyecto. Un plato caliente, un juguete, atención psicológica, material escolar… Cada gesto se convierte en un impacto inmediato, ya que el 100% de la donación llega íntegramente a las entidades participantes, garantizando plena transparencia.
En su primera edición en nuestro país, las máquinas instaladas en Westfield La Maquinista colaboran con siete entidades locales que trabajan en ámbitos esenciales como la infancia, la salud mental y la inclusión social: Casa Ronald McDonald, Casal dels Infants, Cruz Roja, Bayt A-ThaQaa, Apsocecat, Salud Mental Cataluña y Fundación Convento de Santa Clara.
Estas organizaciones ofrecen desde acompañamiento a familias con niños hospitalizados hasta programas educativos para jóvenes en riesgo de exclusión o itinerarios laborales para personas con discapacidad. La iniciativa dinamiza el tejido solidario de Barcelona y, además, ilumina la labor diaria de quienes hacen posible un futuro más justo para miles de personas.
La inauguración, celebrada el pasado 28 de noviembre, se integró en el icónico encendido navideño de Westfield La Maquinista. Música en directo, voluntariado y animación infantil acompañaron a una multitud que descubrió, en un ambiente festivo, una nueva manera de dar.
Sor Lucía Caram, junto a representantes de las entidades y el equipo del centro comercial, dio inicio oficial a esta acción que permanecerá activa hasta el 6 de enero. Un recordatorio vivo de que “hay que poner corazón en aquello que realmente importa” y de que la ayuda puede ser tan inmediata como presionar un botón.
