Casa Tejada, icono del buen comer desde 1964, inicia una etapa luminosa y renovada de la mano del chef Romain Fornell y del consolidado grupo Goût Rouge. Un resurgir que no rompe con su identidad, sino que la potencia: mantiene su alma de casa clásica barcelonesa mientras eleva su propuesta hacia un Mediterráneo reinterpretado con elegancia, técnica y sensibilidad contemporánea.
Integrado en Goût Rouge desde 2018, Casa Tejada se suma a un universo gastronómico que reúne siete restaurantes con estrella Michelin —entre ellos Caelis—, rooftops de referencia —como Azul Rooftop Barcelona u Rooftop Ohla—, y espacios emblemáticos como Café Turó, Café Pablo, Tejada Mar o La Plassohla. Una constelación de proyectos que convierte cada apertura o renovación del grupo en un acontecimiento culinario.

La nueva propuesta de Casa Tejada —Cocina · Cuisine · Cucina— despliega un viaje mediterráneo con ecos italianos, franceses, españoles y catalanes. El espacio, vestido con bancos de piel, iluminación tenue, manteles blancos impecables y una cuidada selección fotográfica, mantiene ese charme de restaurante clásico que invita a desconectar y saborear. Además del salón y la terraza, destaca una mesa del chef situada frente a la cocina, donde la experiencia se vuelve íntima y casi teatral.
La carta firmada por Romain Fornell combina tradición y creatividad con una selección de entrantes, pastas, risottos y platos principales que rinden homenaje a las grandes cocinas del Mediterráneo. Desde la frescura del salpicón de pulpo y langostinos hasta la delicadeza de la lubina al beurre blanc, pasando por la irresistible carbonara reinterpretada o el característico maccheroni cacio, pepe y lima, cada plato parece diseñado para equilibrar memoria y sorpresa.

Los antipasti abren el apetito con clásicos como el carpaccio de atún Balfegó, la burrata cremosa de Puglia, el vitello tonnato o las almejas al beurre blanc —con opción de añadir caviar—, creando un prólogo gastronómico vibrante. Le siguen pastas como la lasaña al horno, los tagliolini gratinati a la veneziana, los linguine alle vongole, o un delicado risotto al parmesano que admite el lujo de la trufa negra.
En los principales, la cocina se torna más profunda y generosa: entrecot estilo tagliata, pollo al curry suave, lomo de atún a la pimienta, albóndigas con stracciatella, o un tartar de buey impecable en su ejecución. Y para cerrar, una selección de postres que celebran la dulzura sin artificios: tiramisú clásico, cheesecake para dos, zabaglione de chocolate, flan casero o una delicada selección de formaggi italiani.

Casa Tejada, ahora bajo la mirada de Fornell, confirma que la elegancia no está reñida con la cercanía y que la tradición, cuando se cocina con intención, puede convertirse en el mejor terreno para la innovación. Un regreso a la esencia, pero con un horizonte más amplio y radiante.
Una cocina que celebra la esencia mediterránea con equilibrio, autenticidad y un refinamiento sutil.




