Hay lugares que no solo se visitan, se sienten. Torre Melina Gran Meliá es uno de ellos. Situado en el elegante barrio de Pedralbes, este resort urbano se consolida como un auténtico refugio de calma y distinción, donde la ciudad parece detenerse para dar paso a la naturaleza, el bienestar y el placer de compartir. Sus 25.000 m² de jardines centenarios, únicos en Barcelona, convierten al resort en un escenario privilegiado para desconectar del ritmo frenético de la Ciudad Condal sin salir de ella.
Alojarse en Torre Melina es regalarse tiempo. Tiempo para pasear entre zonas verdes, disfrutar de sus dos piscinas exteriores, del SeaSkin Life Holistic Club con piscina cubierta, del gimnasio o de sus espacios privados pensados tanto para el descanso como para el encuentro. Todo ello, con una ubicación estratégica junto a la avenida Diagonal, el Real Club de Polo y acceso directo al Centro de Convenciones de Catalunya, que refuerza su carácter de resort urbano de referencia.

Esta Navidad, el hotel da un paso más y abre sus puertas a la ciudad bajo el evocador lema “Una Navidad muy nuestra”, una propuesta que reinterpreta las fiestas desde una mirada mediterránea, elegante y consciente. El gran protagonista de la temporada es su pista de hielo artificial al aire libre, instalada en los jardines del hotel, donde patinar rodeado de naturaleza se convierte en uno de los planes más deseados del invierno barcelonés. Cada entrada incluye un cinnamon roll con chocolate caliente, servido en la terraza de L’Amaranta, sumando un toque dulce y reconfortante a la experiencia.
El espíritu navideño se extiende también al interior del hotel. El lobby se transforma en un hogar festivo envuelto por un bosque natural de abetos, luces cálidas y aromas que despiertan los sentidos. Un espacio pensado para acoger tanto a huéspedes como a público local, que se convierte en punto de encuentro para una cuidada programación cultural y creativa.

Entre las experiencias más destacadas, los conciertos de Gospel y música festiva, en colaboración con la Fundación Victoria de los Ángeles, llenan el ambiente de emoción y tradición. A ello se suma una selección de talleres artesanales que conectan con el lado más humano de la Navidad: creación de coronas navideñas con flores naturales, sesiones de pintura y vino, elaboración de velas navideñas, decoración de adornos de madera y dulces tradicionales, pensados para disfrutar en familia, con amigos o en pareja.
Todas las actividades requieren reserva previa, reforzando el carácter exclusivo y cuidado de cada experiencia. Con esta propuesta, Torre Melina Gran Meliá se posiciona como uno de los grandes destinos navideños de Barcelona, apostando por unas fiestas más auténticas, sensoriales y compartidas. Una Navidad que se vive sin prisas, conectando con lo natural y celebrando lo esencial. En definitiva, una Navidad muy nuestra, muy Barcelona, cuidada hasta el último detalle.




