Una lección de moda, arte, compromiso y evolución. Barcelona fue testigo de una noche histórica, el pasado 24 de abril, con el desfile de Vivienne Westwood en el marco de la Barcelona Bridal Night, uno de los eventos más esperados de la Barcelona Bridal Fashion Week (BBFW). La icónica firma británica, bajo la dirección creativa de Andreas Kronthaler, presentó por primera vez una colección exclusivamente nupcial en la Ciudad Condal: la Bridal Collection 2026. Un acontecimiento que congregó a más de 450 invitados en el impresionante claustro de la Universitat de Barcelona, un edificio del siglo XIX que sirvió como telón de fondo a un espectáculo de moda inolvidable.

La expectación era máxima y no defraudó. Entre el público asistente destacaron numerosas personalidades del mundo de la cultura, la música y el cine, como Bad Gyal, Georgina Amorós, Greta Fernández, Miranda Makaroff y Sita Abellán, además de algunas de las influencers más mediáticas de la escena nacional, que no quisieron perderse el que ya es considerado uno de los desfiles más icónicos hechos en Barcelona, con permiso del show dado por Louis Vuitton el año pasado.
La pasarela, dispuesta alrededor del patio central de la Universitat, donde el estilo neorrománico adornaba el ambiente, fue el escenario de una propuesta que combinó la esencia más pura de la casa Westwood: romanticismo rebelde, teatralidad y una belleza atemporal. Andreas Kronthaler quiso rendir homenaje al legado de Vivienne Westwood con una colección que integra pasado, presente y futuro, reivindicando la individualidad y la fuerza de cada mujer.

Un total de 34 vestidos desfilaron en una cuidada puesta en escena, confeccionados en tejidos nobles como jacquard, lino, algodón lavado, georgette, chiffon, organza y encajes delicados, muchos de ellos teñidos de tonos blancos, crudos y rosas pálidos. Destacaron los corsés, ADN indiscutible de la firma, que modelaban el cuerpo y conferían una presencia poderosa a las modelos, así como los estampados florales inspirados en las acuarelas del botánico Pierre-Joseph Redouté, enriquecidos para la ocasión con referencias locales como la flor de azahar del patio universitario, símbolo de pureza y belleza.
El desfile también rompió moldes al apostar por una representación diversa en pasarela. Modelos como Lorena Durán, Guiomar Alfaro y Simonetta Gianfelici, todas mayores de 50 años, desfilaron con naturalidad y aplomo, reafirmando que la moda nupcial no entiende de edades. Un momento especialmente emotivo fue protagonizado por Gianfelici, quien lució el vestido «Madame de Pompadour», una espectacular reinterpretación en blanco de uno de los diseños preferidos de Vivienne Westwood, inspirado en el célebre cuadro de François Boucher de 1756.

El broche final del desfile lo puso el propio Andreas Kronthaler, quien apareció en escena ataviado con un vestido de novia, sorprendiendo y emocionando a los asistentes en un gesto que encapsuló la filosofía punk e inclusiva que siempre caracterizó a la firma.
Más allá del espectáculo, la noche fue también una muestra del compromiso de Vivienne Westwood con la educación y el futuro del diseño. En colaboración con BBFW, se invitó a más de 300 estudiantes de moda de escuelas como IED, LCI y ESDI a asistir a un pase especial posterior al desfile principal. Los estudiantes fueron los encargados de completar los looks con accesorios diseñados por ellos mismos. Además, los jóvenes talentos participaron en proyectos de co-creación y mentoría con la marca, que podrán verse durante la feria de moda nupcial.
