La calle Pintor Fortuny, en pleno corazón del Raval barcelonés, guarda uno de esos lugares singulares que, discretamente, han cambiado para siempre la manera en que se entiende la gastronomía japonesa fuera de sus fronteras naturales. Carlota Akaneya, fundado en 2011, ha logrado convertirse en un auténtico templo culinario que evoca con excepcional fidelidad la tradición y la excelencia del sumibiyaki, la sofisticada barbacoa japonesa.
Desde su apertura, Carlota Akaneya ha destacado por su compromiso absoluto con la autenticidad y por una búsqueda constante de los mejores ingredientes disponibles, muchos de ellos tan exclusivos que hasta hace poco eran imposibles de encontrar fuera de Japón. Esta vocación pionera permitió que el restaurante fuera el primero en Europa en servir wagyū de calidad A5, la máxima certificación otorgada por la Japan Meat Grading Association, célebre por su increíble textura marmolada, suave como la mantequilla y delicada en cada bocado.

Sin embargo, la verdadera revolución llegó en 2020, cuando Carlota Akaneya logró ser autorizado como uno de los escasos restaurantes en el mundo fuera de Japón en ofrecer auténtico Kobe Beef certificado. Este exclusivo logro marcó un punto de inflexión definitivo en su trayectoria, posicionándolo inmediatamente como destino de referencia para amantes y expertos culinarios, siempre en busca de nuevas emociones gastronómicas.
Pero la ambición por la excelencia de Carlota Akaneya no se detuvo ahí. En 2023, el restaurante consiguió un hecho sin precedentes, que lo elevó aún más en el competitivo universo del fine dining japonés internacional: tras largas negociaciones y gracias a la mediación directa del presidente del Comité de Exportaciones de la Matsusaka Beef Association, Hiroki Ito, Carlota Akaneya se convirtió en uno de los únicos dos restaurantes del mundo fuera de Japón –junto a su hermano parisino, Marie Akaneya– en ofrecer Matsusaka Beef certificado.
Esta carne, procedente exclusivamente de la prestigiosa granja japonesa Ito Ranch, supera incluso en exclusividad al Kobe, debido a su excepcional sabor, su meticuloso proceso de cría y su absoluta rareza. Este acontecimiento histórico, además, marcó la primera ocasión en que el gobierno japonés autorizó formalmente su exportación comercial.

En cada una de sus experiencias culinarias, Carlota Akaneya ofrece al comensal un verdadero viaje sensorial que va más allá de lo gastronómico. El secreto está en el arte del sumibiyaki, una tradición centenaria de cocinar alimentos sobre carbón, que aquí adquiere una dimensión aún más especial gracias al uso del legendario kishū binchōtan. Este carbón, elaborado artesanalmente en Japón mediante un riguroso proceso de carbonización a temperaturas superiores a los 1.000 grados centígrados, no solo asegura una cocción uniforme y lenta, sino que posee propiedades únicas: realza naturalmente el sabor de los ingredientes, neutraliza olores desagradables y emite iones negativos que favorecen un ambiente relajado y armónico.
Esta meticulosidad se aprecia en todos los detalles que componen la experiencia Akaneya. Desde la vajilla artesanal creada por la ceramista japonesa Motoko Araki, afincada en Barcelona, hasta la música jazz cuidadosamente seleccionada, todo parece diseñado con precisión para sumergir al comensal en una atmósfera envolvente, íntima y exclusiva.

La cocina de Carlota Akaneya, liderada con talento y sensibilidad por Chiho Murata, natural de Fukuroi (Japón), enfatiza la simplicidad y el respeto al producto. Cada plato, cada presentación, es un ejercicio de perfección minimalista, en el que nada sobra y todo está orientado a resaltar la materia prima. Precisamente ahí reside una de sus grandes fortalezas: en saber elegir cuidadosamente cada ingrediente y cada proveedor, asegurando así una calidad impecable que mantiene la autenticidad japonesa intacta.
En la oferta culinaria del restaurante, junto al Kobe Beef y al Matsusaka Beef, destaca otra gran exclusividad: el Crown Melon de Fukuroi, un melón japonés cultivado artesanalmente, reconocido mundialmente por su dulzura excepcional y textura aterciopelada. Incorporado al menú en 2021, coincidiendo con el décimo aniversario del establecimiento, se convirtió rápidamente en un símbolo adicional del refinamiento extremo que caracteriza a Carlota Akaneya.

Todo esto no ha pasado desapercibido. Desde sus primeros años, personajes relevantes del panorama gastronómico internacional como Albert Adrià y Ferran Adrià o celebridades como Andrés Iniesta, han formado parte de la historia de Carlota Akaneya. Reconocimientos de prestigiosas guías y publicaciones, así como premios y distinciones internacionales, certifican el éxito y consolidan su reputación como uno de los establecimientos gastronómicos más relevantes de Barcelona y de toda Europa.
Con cada visita, Carlota Akaneya reafirma una filosofía profunda y sincera: el lujo verdadero no consiste únicamente en lo escaso, lo caro o lo vistoso, sino en la autenticidad, en el respeto a la tradición y en la búsqueda constante por ofrecer una experiencia memorable. Un rincón de Japón en pleno corazón de Barcelona, que ha conseguido elevar el acto cotidiano de comer al plano de una experiencia cultural, sensorial y emocional verdaderamente extraordinaria.
