sábado, abril 20, 2024
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    Milán marca la nueva tendencia: más espectáculo para los desfiles de moda que buscan nuevos formatos

    Milano Moda Donna cierra con éxito su última edición. La capital económica de Italia ha vuelto a sorprender con su semana de la moda, que sigue siendo uno de los pilares de la economía nacional. 

    La amenaza del coronavirus ha obligado a cancelar actos durante los últimos días. Sensible a esta realidad, por la ausencia de diseñadores chinos, la Camera Nazionale della Moda Italiana ha retransmitido los desfile para la comunidad China. Mediante comunicado de prensa la organización hace balance de la iniciativa China We Are With You, por la que más de 16 millones de usuarios chinos siguieron los desfiles in streaming

    Sobre la pasarela la cita volvió a contar con un calendario maratoniano de desfiles con Gucci, Prada, Versace o Fendi a la cabeza. Esta vez la pasarela ha ido más allá. La moda, en Milán, se rinde ante una nueva tendencia en la que las marcas han presentado sus propuestas. Un nuevo esquema que ya están adoptando las pasarelas internacionales y en el que la moda es un auténtico fashion show

    © Sara Battaglia. Todos Los Derechos Reservados.

    La clásica pasarela se transforma para dar paso a nuevos formatos en los que teatralidad, espectáculo, ocio y emoción son el leitmotiv de los desfiles. Aquí los diseños son importantes, pero el interiorismo de la localización y la animación del desfile lo son aún más.

    Quién mejor entiende el concepto de teatralidad es Moschino. Para la ocasión la firma eligió una ubicación muy recurrente para algunas marcas. Sobre la Via San Luca 3 hemos visto en otras ocasiones los diseños de Anteprima o Aigner, pero en esta ocasión la eleganza extravaganza era la única protagonista. 

    © Filippo Fior / Gorunway.com – Moschino. Fall Winter 2020 2021.

    Con diseños poco comerciales pero muy llamativos, Jeremy Scott presentó una colección llena de color con guiños al rococó y al estilo de María Antonieta. El desfile fue un show de extravagancia en sentido literal, que nos transporta al Versalles del siglo XVIII, y a un momento histórico digno de memorar siempre: la revolución francesa y su consiguiente libertad. Libertad que el americano trae a nuestros tiempos vestida de irreverencia y una llamativa estética. 

    Prada vuelve al mismo formato con el que hace unas semanas presentó sus diseños masculinos, una especie de plaza que recurre al arte para crear un espacio singular que recuerda a un espectáculo circense. Con la misma paleta cromática usada para ellos, las propuestas para ellas siguen la estela de comodidad y diseño streetwear. Veremos si se repite el mismo concepto para la primavera verano del 2021, colección que se presentará en septiembre bajo la firma de Raf Simons que ahora pasa a forma parte de la familia Prada como codirector creativo. 

    © Filippo Fior / Gorunway.com. Prada. Fall Winter 2020-2021.

    En el caso de Versace, su formato de desfile viene marcado por el uso de la tecnología. Un millar de cabezas de Donatella de tamaño real, proyectadas en una gran pantalla LED de 80 metros de largo y cinco metros de alto, daban la bienvenida a buyers, editores, influencers y celebrities. La escenografía interactuaba en tiempo real con el público, al que se enfoca de forma directa. En la pasarela Versace presenta su primer desfile mixto al 100%, con 90 looks. Igualitario para algunos, al ser el casting de modelos femeninos y masculinos igual en número. 

    © Alessandro Lucioni / Gorunway.com. Versace. Fall Winter 2020-2021.

    A través de whatsapp y con mensaje de voz enviado por Alessandro Michele, Gucci enviaba la invitación a su inusual desfile. Son tiempos de cambio para la moda, accesibilidad, conexión directa con el público objetivo y dar los detalles del antes y el después son las reglas de estos tiempos. Por ello el acceso al show se hizo por el backstage, los asistentes vieron desde cero como se fraguaba la preparación de los modelos. 

    © Filippo Fior / Gorunway.com. Gucci. Fall Winter 2020-2021

    En el caso de Gucci no hubo pasarela. Hubo un carrusel ante el público que veía cómo los modelos se vestían. Una vez listos, todos se pararon frente a una gran ventana estática, como muñecas detrás de una ventana que giraba frente al público.

    Alessandro Michele habló del desfile como un ritual sagrado, «un evento mágico rebosante de encanto». Encantamiento es sin duda el término correcto para definir sus colecciones.

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