lunes, marzo 31, 2025
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    Barcelona se rinde al sabor de Tudela en «Las Noches Mágicas» de Montagud Editores

    CocinaME fue el escenario elegido por Montagud Editores para presentar las Fiestas de la Verdura de Tudela con un exclusivo menú degustación a cargo de tres destacados chefs navarros. Una cita gastronómica donde las verduras de la Ribera Navarra brillaron con protagonismo absoluto, anticipando las emblemáticas fiestas primaverales.

    El pasado jueves 20 de marzo tuvo lugar una velada en la que la magia se hizo verdaderamente presente. No era un evento cualquiera; era una de «Las Noches Mágicas» organizadas por Montagud Editores en CocinaME, ese pequeño gran templo gastronómico que tienen en Barcelona. La excusa perfecta para salir de la rutina urbana y trasladarse, aunque fuese por unas horas, hasta el corazón de la Ribera Navarra.

    Entrar en CocinaME siempre es garantía de algo especial, pero ayer, al poner el primer pie, se sabía que sería memorable. Los chefs José Aguado de Topero, Aitor Castellano de Pichorradicas y Mauro Milagro de La Catedral, todos venidos desde Tudela, desplegaron lo mejor de su talento para inaugurar, con este menú exclusivo, las Fiestas de la Verdura de Tudela, que cada primavera transforman esta ciudad en la capital indiscutible de la gastronomía verde.

    © Montagud Editores.

    Los primeros minutos fueron el preludio perfecto. Una copa de Champagne Ayala Brut Majeur nos preparó para recibir, con la emoción de quien abre un desfile, el pincho de Aguado llamado “Al corazón de Tudela”. De inmediato, entendimos el homenaje al producto navarro; era como morder la tierra misma, fresca, auténtica, plena. Mauro Milagro añadió modernidad con una gyoza de alcachofa que confirmaba lo que los asistentes ya sospechábamos: la noche prometía mucho.

    Alrededor de las mesas éramos apenas 34 afortunados, mezcla de amantes del buen comer, curiosos del lifestyle barcelonés y algunos rostros conocidos del periodismo gastronómico. Mientras sonaba una suave playlist que parecía elegida por los propios ingredientes, llegó la tosta de sardina anchoada de Castellano con tomate Feo de Tudela, haciendo honor al nombre del restaurante: Pichorradicas. Con cada bocado sentimos la autenticidad de una receta que respeta lo tradicional, pero no teme jugar con la creatividad.

    © Montagud Editores.

    La “Ensalada que nos da la Tierra” de Aguado fue quizás uno de mis favoritos, junto con los cogollos a la plancha de Castellano, que combinaban de forma genial la frescura vegetal con la potencia de una panceta ibérica crujiente. Cuando parecía que habíamos alcanzado el punto más alto, llegó la cebolla blanca guisada al Chardonnay de La Catedral, un plato que reinventaba lo simple con delicadeza.

    Justo después llegaron las habas con pesto y mejillones, obra de José Aguado, que aportaron una frescura y equilibrio sorprendentes, y los bastones de borraja salteados con langostinos, crema de marisco y vieiras preparados por Aitor Castellano, un auténtico lujo que demostraba una vez más la versatilidad del producto navarro.

    © Montagud Editores.

    Mientras degustábamos cada creación, perfectamente maridada con vinos navarros seleccionados especialmente para la ocasión, era imposible no contagiarse del entusiasmo de los chefs. Todos ellos, desde sus restaurantes en Tudela, han dedicado su vida a convertir las verduras navarras en un auténtico lujo gastronómico. Y ahora estaban en Barcelona, mostrando al mundo cómo algo en principio tan humilde puede transformarse en alta cocina.

    Los guisantes lágrima con jugo de ibérico, obra de Milagro, fueron un punto culminante. Aquellas pequeñas perlas verdes eran un recordatorio de que a veces la simplicidad extrema es el mayor lujo. Para cerrar, llegaron los espárragos a la carbonara de Aguado, donde el clásico italiano se encontraba magistralmente con el producto navarro. Como broche dulce, el coulant de calabaza con helado de Idiazábal y el canutillo de crema inglesa de espárrago nos demostraron que el postre también puede ser territorio fértil para la verdura.

    © Montagud Editores.

    Al terminar la velada, los asistentes intercambiamos miradas cómplices: aquello había sido mucho más que una cena. Era Tudela trasladada a Barcelona, la esencia de unas fiestas que se han convertido en emblema turístico y gastronómico de Navarra desde hace ya 30 años. Ahora entiendo por qué CocinaME y Montagud Editores han apostado por estas experiencias exclusivas, que son puro lifestyle: ofrecen cercanía con chefs brillantes, autenticidad en cada plato, y sobre todo, emoción en cada sorbo, cada bocado, cada conversación.

    Cuando salí de CocinaME, con esa sensación de satisfacción absoluta que solo da una gran noche, pensé que quizás la moda y la gastronomía no estén tan lejos. Ambas son cultura, ambas inspiran, ambas nos hacen soñar. Y anoche, gracias a Tudela y sus chefs, soñé un poquito más fuerte.

    © Montagud Editores.

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