Gucci inauguró la Semana de la Moda de Milán con su colección Otoño 2025, una propuesta que mira al pasado para redefinir el futuro de la casa. La colección evocó el glamour de sus primeras décadas con una estética inspirada en el fundador Guccio Gucci y en la evolución del ready-to-wear de la marca.
El desfile abrió con un look que parecía salido directamente de la película House of Gucci (2021), con un abrigo de piel sintética, un body de encaje lila de escote profundo, una falda lápiz de lana y gafas de aviador oversized de estilo geek-chic. La puesta en escena también contribuyó a la atmósfera retro.
Con esta idea el escenario recordaba la guarida de un villano de la moda de los años 70, con un techo de espejos y una pasarela iluminada en forma del icónico logotipo de Gucci. Modelos desfilaron al ritmo de una banda sonora cinematográfica interpretada en vivo por una orquesta, sumergiendo a los asistentes en un universo de lujo nostálgico.
El oversize fue una de las claves de la colección, con abrigos de tweed voluminosos, vestidos de lana con botones llamativos y combinaciones de twinsets con una estética que recordaba las décadas de los 50 a los 90. Solo se presentó un vestido largo de noche, de corte sencillo y acabado en un sutil negro metalizado. Otros looks combinaron hombreras voluminosas con faldas lápiz, zapatos peludos y suéteres decorados en tonos púrpura y verde ácido.
El espíritu vintage también se reflejó en los accesorios, con bolsos estructurados y collares con herrajes dorados en forma de estribos. El icónico motivo ecuestre de Gucci estuvo presente en detalles metálicos y estampados, consolidando la esencia clásica de la firma.