Moco Museum Barcelona recibió el pasado mes de diciembre una obra de gran impacto visual y simbólico: Support, la escultura monumental del reconocido artista Lorenzo Quinn. Conocido por sus creaciones de gran escala que exploran la conexión humana y los desafíos globales, Quinn trae a Barcelona una pieza que ha recorrido el mundo y ha dejado una huella imborrable en la conciencia colectiva.
Esta imponente instalación, compuesta por dos manos de tres metros de altura, se dio a conocer originalmente en Venecia, donde emergía del agua para sostener la fachada de un edificio histórico. Su mensaje, una advertencia sobre la fragilidad de las ciudades costeras frente al cambio climático, captó rápidamente la atención internacional y se viralizó en plataformas digitales.
Ahora, Support llega a Barcelona en un momento de gran relevancia, cuando las recientes inundaciones han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de muchas regiones ante los fenómenos extremos derivados del calentamiento global.
Con esta nueva instalación en Barcelona, Lorenzo Quinn reafirma su compromiso con el arte como un vehículo de transformación y con el espectador como agente de cambio.
«La mano tiene un poder inmenso: el poder de amar, odiar, crear o destruir», afirmó Lorenzo Quinn en el evento de presentación celebrado el 19 de diciembre. En esta ocasión especial, el artista fue entrevistado por la nadadora olímpica de natación artística Ona Carbonell, quien moderó un diálogo sobre la conciencia medioambiental y el papel del arte en la transformación social. La conversación permitió a los asistentes sumergirse en la visión de Quinn y reflexionar sobre la responsabilidad compartida en la protección del planeta.
El evento también contó con la participación de Bluewave Alliance, que presentó su innovador proyecto SeaSpore. Esta iniciativa convierte esculturas de carbonato cálcico en auténticos laboratorios submarinos para el estudio y la preservación de los ecosistemas marinos, destacando cómo el arte puede trascender su dimensión estética para convertirse en una herramienta activa en la conservación ambiental. La sinergia entre arte, ciencia y activismo quedó patente, reforzando la idea de que la creatividad puede ser un motor de cambio.
Lorenzo Quinn ha consolidado su trayectoria utilizando las manos como símbolo recurrente en su obra. A través del bronce y el aluminio, sus esculturas monumentales transmiten la dualidad de la naturaleza humana: la capacidad de construir y destruir, de sostener y dejar caer. Con Support, el artista vuelve a plantear una pregunta crucial: ¿qué futuro estamos eligiendo para el mundo que nos rodea?
Support no es solo una escultura, sino una llamada a la acción en un mundo donde nuestras decisiones tienen el poder de sostener o dejar caer el futuro.
Desde el 20 de diciembre, la escultura puede contemplarse en los 800 metros cuadrados del Moco Museum Barcelona, un espacio que se ha consolidado como referente en la difusión del arte contemporáneo y en el impulso del talento local e internacional. Fiel a su vocación de atraer a un público joven y comprometido, el museo convierte Support en algo más que una obra para ser observada: la transforma en un punto de encuentro para el diálogo y la reflexión sobre los desafíos medioambientales de nuestra era.
Lorenzo Quinn (1966) es un escultor italiano cuya obra explora las emociones humanas, la conexión entre las personas y la relación del hombre con su entorno. Formado en la American Academy of Fine Arts de Nueva York, inicialmente se inclinó por la pintura surrealista, influenciado por Salvador Dalí. Sin embargo, fue en la escultura donde encontró su verdadera voz artística. Desde su primera obra en 1989, una interpretación de El Adán de Miguel Ángel, hasta sus monumentales creaciones actuales, su trabajo ha evolucionado para convertirse en una de las expresiones más poderosas del arte contemporáneo con conciencia social.