Dos décadas después de haber irrumpido en la alta costura con su firma Armani Privé, Giorgio Armani conmemora este hito con una exposición sin precedentes. Armani Privé. 2005–2025, inaugurada en el emblemático espacio Armani/Silos de Milán, rinde homenaje a la excelencia artesanal y creativa de la maison, y abre al público por primera vez los archivos más exclusivos de su línea de alta costura.
La muestra, comisariada personalmente por el diseñador, reúne 150 vestidos que representan la esencia de Armani Privé: sofisticación silenciosa, pureza en las formas, tejidos de ensueño y una identidad estilística que ha permanecido intacta frente a las modas efímeras. Desde su primer desfile en París en 2005, Armani Privé ha simbolizado una visión depurada del lujo y la elegancia, complementaria a su prêt-à-porter, y ahora, 20 años después, vuelve a casa: a Milán, ciudad natal del universo Armani.

“En mis colecciones de alta costura expreso mi visión del estilo y la elegancia a través del arte, la artesanía y el savoir-faire. Solo aquí soy libre de hacerlo sin límites”, confiesa Giorgio Armani. La exposición se convierte así en un recorrido íntimo por su imaginación, un sueño hecho tejido que toma forma en vestidos que dialogan con la luz, el color y la materia con una coherencia tan marcada como sutil.
Las piezas expuestas abarcan una extensa paleta cromática, con énfasis en los tonos joya y los matices neutros, y técnicas que fusionan tradición y experimentación. El negro, el plata, los tonos empolvados y los dorados se entrelazan en creaciones que capturan la esencia de una feminidad elegante, discreta y poderosa. Las siluetas —líneas fluidas, cinturas marcadas, hombros esculpidos— hablan de una costura que ha evolucionado manteniéndose fiel a sí misma, como reflejo de la filosofía del propio Armani.

El diseñador, que revolucionó la moda desde los años 70 al democratizar el traje femenino y vestir a Hollywood desde dentro, vuelve a demostrar que la verdadera innovación radica en la constancia.
Armani Privé. 2005–2025 permanecerá abierta al público en Milán durante todo el año, consolidándose como una de las exposiciones de moda más importantes de la temporada. Y como toda gran retrospectiva, no es un punto final, sino el comienzo de un nuevo capítulo: uno donde la alta costura sigue siendo, para Giorgio Armani, un espacio de absoluta libertad.