Peti qui peti. Con éxito rotundo Barcelona se ha consolidado como un destino clave en el mapa de la moda internacional. Así lo ha dejado patente el desfile de la colección Crucero 2025 de Louis Vuitton, celebrado el jueves en el icónico Park Güell. El evento ha sido concebido al detalle por Nicolas Ghesquière, director creativo de la línea de mujer de la firma.
No ha sido casualidad la visita del hombre más rico del mundo. Este evento forma parte de una serie de actividades que la firma francesa ha planeado en colaboración con la capital catalana para acompañar la 37ª Copa América de Vela. La pasión creativa que une a Louis Vuitton con Barcelona se ha manifestado en todo su esplendor, celebrando no solo la moda, sino también el arte, la cultura y la historia catalana.
La elección del Park Güell, una joya modernista de Antoni Gaudí que atrae a más de cinco millones de visitantes anuales, no fue casual. Ghesquière aprovechó este escenario para expresar su amor por Barcelona, un vínculo que se remonta a principios del siglo XX, cuando Georges Vuitton quedó fascinado por la obra de Gaudí durante un viaje.
Hospedados en distintos hoteles como el Monument Hotel, The Barcelona EDITION, el Mandarin Oriental o el privado club Soho House, los VIPS han disfrutado de distintas experiencias que muestran el patrimonio arquitectónico, cultural y gastronómico de la ciudad. Visita privada a la Sagrada Familia y a la Fundación Joan Miró, cóctel de bienvenida en el taller del reputado Ricardo Bofill, paseo por el puerto con parada en Fiske Bar o Casa Costa, after party en Espai Xavier Corberó o brunch en el Little Beach House.
El impacto es millonario, si bien Louis Vuitton cuenta con un nutrido equipo con tentáculos por todo el mundo, el desfile ha logrado movilizar a agencias colaboradoras, realizadores, productores, azafatos, caterings, conductores y distintos proveedores que se han beneficiado. Ghesquière, quien se unió a la firma en 2013, ha hecho del desfile Crucero un evento anual itinerante, llevando la moda a diversas localizaciones icónicas alrededor del mundo.
Pharrell Williams, músico y director artístico de la línea masculina de Louis Vuitton, llegó al evento acompañado por su séquito. Otros invitados notables incluyen a figuras del deporte como Xavi Hernández. Entre el escaso público nacional estaba Victoria Federica, Ester Exposito, Maria Pedraza, Eugenia Silva, Gala Gonzalez, Gigi Vives, los diseñadores Custo Dalmau, Juan Avellaneda Rosa y Alba Tous o la heredera de la mayor fortuna de la moda española, Marta Ortega.
Junto a ellos, los 600 invitados, un número reducido en comparación con los desfiles habituales de París, disfrutaron del espectáculo que contó con la prensa internacional al frente de las cabeceras más importantes en la industria de la moda. Antes del desfile, los asistentes degustaron exquisitos aperitivos como crujientes de tomate anchoa, olivas deconstruidas y oreos con parmesano, mientras se servía champán Ruinart, también propiedad de Arnault quien desde 2020 ha disparado su patrimonio valorado en 206,3 miles de millones de dólares.
La relación de Louis Vuitton con Barcelona es profunda y se remonta a 1987, cuando la marca abrió su primera tienda de España en la ciudad. Desde entonces, la firma ha operado en Cataluña con seis talleres artesanos especializados en cuero. El desfile en el Park Güell marca la primera vez que Louis Vuitton organiza un evento de esta magnitud en suelo español. Esta elección también está alineada con el patrocinio de la firma a la 37ª Copa América de Vela, que se celebrará en Barcelona del 22 de agosto al 21 de octubre, bajo el nombre oficial de America ‘s Cup Louis Vuitton.