Esta taberna gastronómina catalana-asturiana nace de la mano de Francisco Heras y Eva Arbonés en el 2009 en la localidad asturiana de Avilés convirtiéndose en un referente en Asturias donde consiguen el premio al restaurante revelación otorgado por el colegio de críticos gastronómicos de Asturias entre otros.
Las fuentes de inspiración de Llamber han sido y son la de Asturias y Cataluña, de sus mares, sus paisajes y sus culturas, aunque en este resurgir y con la llegada del chef Ángel Palacios al equipo, se ha introducido una visión más global de la gastronomía elaborando recetas procedentes de otros países y culturas.
Francisco Heras, co-propietario de Llamber, ha confiado en el que fuera su gran maestro el chef Ángel Palacios, trabajando nuevamente en equipo para emprender un proyecto a cuatro manos explorando nuevos caminos pero sin perder de vista el sello asturiano-catalán.
El producto de kilómetro 0 y los proveedores locales son los imprescindibles del recetario de Francisco Heras y Ángel Palacios, donde la cocina asturiana y catalana siguen siendo las máximas exponentes
El comensal encuentra en Llamber una oferta gastronómica decente y de proximidad, con una gran diversidad de platos de elaboración exquisita que en sus diez años de historia ningún otro restaurante asturiano-catalán de la ciudad ha sabido hacerle competencia.
La carta se compone por varios apartados: ‘Para Abrir Boca’, entre los que encontramos las ‘Ostras Perla Negra de la Bretaña francesa y afinadas en río durante 30 meses’ o el ‘Paté de truita Asturiana con hinojo, caviar de trucha y crema fresca’.
El apartado ‘Pica Pica’ compuesto por catorce platos entre los que podemos destacar el ‘Steak tartar con huevo frito y alcaparras’ o los ‘Churros de pez con salsa mole de chocolate’.
Pasando a los platos principales o ‘Nuestros platinos’ nos adentramos en la esencia más pura de Llamber, donde quince platos deleitan la carta como la ‘Morcilla de chipirones y jugo asado de su tinta’ o la ‘Fabada asturiana con Denominación de Origen protegida’ un homenaje a las recetas tradicionales.
Ángel Palacios, un gran amante de los postres, anima e incita al comensal que den hueco para algo dulce, por lo que sugiere los ‘Ninyo-Yaki “Casadielles” de anís y nueces con pimienta de Sichuian’ un postre sorprendente a la vez que delicado tanto para la vista como para el paladar.
