Tras cruzar el umbral de Dr. Stravinsky, el bar de culto que desde hace años marca tendencia en la Barcelona más cosmopolita, la sensación es inmediata: algo grande está pasando aquí. Esta vez no se trata de otro cóctel magistral, que también, sino de algo más audaz. Una evolución profunda, algo que transforma radicalmente el paisaje habitual de la mixología en la ciudad.
Hablamos de Stravinsky’s Parfumerie, el nuevo espacio que pronto será objeto de todas las conversaciones, el lugar al que todos querrán ir y, por supuesto, el punto de encuentro obligado para quienes amamos lo exclusivo, lo diferente y lo fascinante.
César Montilla, bar manager de Dr. Stravinsky, me recibe con una sonrisa cómplice, consciente del impacto que va a causar el nuevo concepto. Durante nuestra conversación se respira la emoción de un proyecto trabajado a fuego lento durante meses, quizá años. Todo aquí gira alrededor de una idea potente y evocadora: fusionar la sofisticación del universo de la perfumería con la exquisitez del mundo de la mixología. Dos artes que se parecen más de lo que parece a simple vista: ambas exploran los sentidos, capturan emociones y seducen con sus esencias.
En Stravinsky’s Parfumerie la experiencia va mucho más allá de tomar una copa. Mientras César me guía a través de lo que será este nuevo espacio —aún en proceso, pero ya prometiendo lo inimaginable—, comienzo a visualizar cómo será cada noche aquí.
Un recorrido por tres universos claramente diferenciados: un museo que narra la fascinante y misteriosa historia de Grigori Stravinsky; un área bar exquisita inspirada en la estética elegante y algo decadente de las perfumerías parisinas, donde el cóctel se transforma en una fragancia que se puede saborear; y finalmente, un club privado bautizado como Playroom, reservado para la experimentación más creativa, ese lugar en el que los cócteles se inventan, evolucionan, y cobran vida propia en manos de mixólogos convertidos en alquimistas modernos.
No exagero si afirmo que las firmas de moda y las marcas premium harán cola para celebrar aquí sus eventos. Y es que este rincón de la ciudad condensará todos esos elementos que atraen como un imán: lujo sin ostentación, exclusividad sin elitismo, innovación sin renunciar al espíritu artesano.
De hecho, el equipo mantiene intacta la filosofía que los hizo famosos desde su apertura en 2017: el respeto profundo por el producto local, la elaboración artesanal de casi todos sus ingredientes —destilados incluidos—, y el cuidado minucioso de cada detalle para reducir al máximo la huella medioambiental.
César me adelanta también un detalle irresistible: cada cóctel se podrá personalizar con un acabado aromático único. Es decir, cada visitante vivirá una experiencia irrepetible, definiendo él mismo la esencia final de lo que bebe. Suena casi a magia, y probablemente lo sea.
En medio de las obras y el ir y venir de operarios que acondicionan este local que promete hacer historia, salgo convencido de que Stravinsky’s Parfumerie revolucionará la escena barcelonesa e incluso la internacional. Me despido de César sabiendo que esto no es solo un proyecto, sino el siguiente capítulo en la historia de una coctelería que sigue escribiendo su leyenda. El futuro de la mixología ya está aquí, en Barcelona, y lleva el nombre de Stravinsky.
