La oferta hotelera de Barcelona se ha convertido en los últimos años en un punto de encuentro en el que conviven nacionales y turistas gracias a las propuestas gastronómicas y/o de ocio que se ofrecen en su interior.
Uno de esos lugares es Línia Barcelona el restaurante que se ubica en los bajos del Hotel Almanac Barcelona, una de las cadenas internacionales que ha elegido nuestra ciudad para desembarcar al sur de Europa y enseñarnos que el lujo ha adquirido otra dimensión.
Línia Barcelona toma su nombre para hacer homenaje a las calles del Eixample Barcelonés. Su oferta gastronómica se concibe bajo las reglas de la brasería mediterránea, pero aquí se sirve algo más: platos con métodos de elaboración tradicionales pero con técnicas de la nueva cocina.
En pleno corazón de Barcelona, en la Gran Vía, a pocos metros del Passeig de Gràcia, Almanac y Línia Barcelona son un must para quienes quieran descubrir un espacio nuevo, con excelente servicio e inmejorables productos, ¿por qué? te lo resumimos todo aquí:
#1. Su carta es festín de sabores.
Sergio Ruíz es el chef al frente de la cocina de Línea Barcelona. El acierto de sus platos es la “pulcritud” con la que se combinan los ingredientes con productos de temporada y proximidad. Suele pasar que cuando se presentan distintos platos en una carta o menú hay una mezcla de sabores que chocan entre sí, y no son nada digestivos. Aquí la selección de cada plato es magistral, los sabores de sus ingredientes no se pisan entre sí y se pueden degustar sin desentonar en el paladar.
Un ejemplo es su Costillar de Ternera con Cremoso de boniato y chalotas glaseadas al vino tinto, un plato donde se prueba el don culinario de su chef y que es un cóctel de sabores. Entre sus muchas opciones encontramos pescados y mariscos frescos de Llançà, arroz y carnes a la parrilla de leña quesos y panes artesanales.
#2. Alta cocina a cualquier momento del día y a precios asequibles.
La oferta de Línia Barcelona se puede descubrir en cualquier momento del día. El espacio está abierto para desayunos, almuerzos, cenas o simplemente para tomar una copa.
A la hora de pedir hay dos opciones: elegir menú cerrado o combinar platos de la carta. La opción del menú es sin duda la más atractiva desde el punto de vista gastronómico ya que estamos ante un auténtico menú degustación por 45€ (mínimo 2 personas), muy completo por sus propuestas para compartir si lo que se quiere es una cena completa y exquisita.
Para el mediodía se sirven dos menús ejecutivos por 18 y 25 €, y en el desayuno entran otras ofertas, como su buffet libre con platos gourmets para quienes quieran empezar el día con un suculento desayuno por 35€, y en plan exprés se puede desayunar también por 5 €: ¡desayunar aquí por 5€ no tiene precio!
#3. Tartas, pastelitos y postres: repostería artesanal para merendar.
Lucila Canero es la responsable al frente de la repostería en Línia Barcelona. Una de las partes menos elaboradas de muchos restaurantes es su carta de postres que a menudo recurren a productos prefabricados, algo que no se da aquí ya que encontramos postres artesanales y una amplia selección de tartas y pastelitos que se pueden degustar más allá de la comida con la merienda (de 16 a 19h).
La filosofía de Lucila Canero se basa en sabores sencillos, bien definidos, y dulces, elaborados con técnicas precisas. Nunca demasiados sabores en un bocado, sino al contrario, pocos y bien armonizados. Pastel de zanahoria, Tarta de tres chocolates a la vainilla o tarta de limón son algunas de las delicias que se sirven en la merienda por 4,50 café incluido.
#4. Coctelería de autor en una elegante barra.
Antes o después de la experiencia gastronómica siempre viene de gusto brindar. En un espacio separado con una atmósfera diferente pero integrada en el restaurante, el bar se destaca por una amplia selección de vinos con denominación de origen y una selecta carta de cócteles de autor cuyo precio medio es de 13€.
#5. Diseño innovador como muestra de desconexión.
Una de las sensaciones que se experimenta, una vez se pasa el umbral del lobby del hotel o se entra por la puerta propia del restaurante, es la de desconexión. Línia Barcelona está a pocos metros del transitado Paseo de Gracia y de la ruidosa calle Pau Claris. Gracias a su diseño e interiorismo el espacio es un oasis para la vista, olfato, gusto y sobre todo el sabor.
